Autocracia y Sociedad 01

Los abusos tanto como los límites nos van definiendo, ambos aspectos se encuentran sujeto a un juego dialéctico, pues, la presencia de una entraña la potencial emergencia de la otra, especialmente en la arbitrariedad expresada del mal trato, ya sea ejercido por personas comunes o desde el ámbito institucional, pues “Se entiende por maltrato institucional a cualquier legislación, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes públicos o bien derivada de la actuación individual de los profesionales que comporte abuso, negligencia, detrimento de la salud, la seguridad, el estado emocional, el bienestar físico, la correcta maduración o que viole los derechos básicos del niño y/o la infancia”.1

Por lo cual el fenómeno del maltrato y del abuso nos señala una conducta cotidiana en aquellos que maltratan al formar parte de su condición personal, que nos muestra una actitud tratando siempre por vulnerar o hacer caso omiso a esa delgada línea del derecho, delimitador del espacio ajeno o privado.

Claro que no planteamos con el derecho aludido al .ámbito de lo jurídico sino que buscamos señalar hechos cotidianos y son formas de malos tratos como cuando alguien pone la música alta o le exigen un pecunio por estacionar en la calle por cuidar el auto, en esa entrevista pactada y esperar una o dos horas diferentes a lo pactado, cuando le dicen una cosa y hacen otra, en todos estos casos nos encontramos con expresiones de abusos particulares. Ahora, que emergen desde el ámbito institucional, sí aluden a lo jurídico porque hablamos de estafas, coimas, favores sexuales, amedrentamiento para hacer cambiar de opinión o lograr silencios en suma, tales abusadores posicionados en lo público, parapetados en ello será utilizado para el beneficio personal y partidario también.

Por ejemplo, “ …. el periodista abrió la puerta sin consultar pensando que volvían por algo olvidado, y en ese momento recibió un golpe que lo tumbó, y escuchó las amenazas del agresor que según se identificó venía por parte de dos funcionarios municipales a los cuales está investigando por presuntos casos de abuso y acoso sexual”2

En cuanto a lo institucional, “Fuentes policiales, judiciales y municipales confirmaron ayer la existencia de al menos tres denuncias contra un oficial de la Comisaría 2ª; por supuestos malos tratos y acoso sexual, hechas por personal femenino”.3

Y para finalizar, “El intendente de Villa Gesell, Jorge Rodríguez Erneta, efectuó licitaciones que fueron frenadas por una medida cautelar de la Justicia pero, poco tiempo después, las llevó a cabo mágicamente en 24 horas, de acuerdo a las diferentes denuncias que existen en este distrito.

Luego de las críticas de los bloques opositores del Concejo Deliberante, el juez en lo Contencioso Administrativo de Dolores, Marcelino Escobar, abrió un expediente al Jefe comunal por desobediencia a una orden y porque se lo acusa de beneficiar a gente vinculada con su entorno”4

Tales acciones, no sólo están cargadas de mal trato y abusos varios sino que revelan cierta impunidad por parte de los abusadores porque nadie hace nada acerca de sus ilegalidades, al respecto “La clase política, por supuesto los que llegan al poder público, están, viven y se sostienen al margen de la legalidad, del estado de derecho y de las limitaciones sociales a las cuales los demás ciudadanos, simples mortales y útiles solamente para el día de las elecciones, sí tenemos que respetar o hacer lo posible por cumplir con los reglamentos y leyes promulgadas.

El límite permisible hace tiempo que tronó y ya no se puede estirar más”.5

Es decir, ante este estado de cosas del abuso institucional la pregunta por los límites surge espontánea.

Ahora, ¿cómo surge el abuso a nivel institucional?, pues a nivel individual tales conductas del delinquir o del ejercer la violencia implican conductas aprendidas en un contexto, entonces, con semejante modelo presente, ¿cómo será el feedback de lo social e individual?, ¿cómo realimenta ese abuso y a quien victimiza con sus malos tratos?

Hipoteticemos, el sujeto abusivo y la condición abusiva hallan su campo de acción en aspectos comunes y cotidianos, donde se comparten las mismas cosas a nivel comunitario y los individuos pertenecen a diferentes bandos políticos, participando de los mismos espacios comunes, conocimientos simultáneos del pueblo y generador de familiaridades como nombres de pila, sobrenombres, también antipatías, ojerizas y enfrentamientos mutuos, rispideces varias, así, una base de simpatías y de resentimientos se instala en consecuencia por tal compartir.

La tentación de dirimir tales ojerizas o potenciadas por resentimientos siempre están presentes y en especial, cuando alguno de esos vecinos hubo de ser votado para posicionarse como jefe municipal o nombrado funcionario, electo concejal, testaferro de alguno de ellos, mero alcahuete o puntero barrial y en posesión de las facultades lograr poder.

Y no se trata de una curiosa transformación de un vecino neutral, distante o despreocupado por el otro que victorioso tras elecciones, ponga su atención contra sus vecinos en general, sino que tal victoria no ha hecho más que llevar a acto el resentimiento incubado y presente desde lo potencial.

Por el cual las futuras víctimas y victimarios incuben sus diferencias en el contexto que comparte, así, el futuro abusador estará será electo por ese vecino que eligió y sin embargo, otro vecino no lo votó, donde lo electoral es una suerte de un dirimir resquemores o rencores acumulados por años, ante la bomba de humo de lo ideológico (partidos y posiciones políticas distintas etc.), cuando en el fondo, se trata de casos de rivalidades individuales.

El hecho de que alguno fuere posicionado en el poder y el otro fuere posicionado como perdedor, será una arista que colabore con los rencores en tal comunidad, por el cual nunca ser tan acertada la frase de pueblo chico e infierno grande mostrando en toda su cabalidad, la ideosincracia de tal población.

Nos hallamos en un pueblo surcado por odios, revanchas, acuñados por años, la instancia electoral y el salto al poder nos señalan una sociedad desmoralizada y sin lugar a dudas, marco del abuso instalado en la propia comunidad.

A la hora de gobernar, se configura un sistema de prioridades acerca lo importante de las acciones de gobierno a ejecutar, así, todo intendente será responsable de la agenda plasmada en su gestión, donde lo bueno o lo malo a suceder, en la contingencia de su gobierno le competerá a él.

Pero los abusos, ¿cómo se dan cita en la realidad política, institucional, económica y social de un pueblo?, y diremos en una forma subrepticia, en aspectos casi imperceptible suceden, como el que existe entre jefe comunal y su persona, esta diferencia banal nos señalará lo abusivo instalado.

Fin de semana y la persona intendente ejerce hechos y acciones que no están relacionados con el ejercicio de su rol comunal, sino que hablamos de la presencia del padre, del esposo o del amigo disponiendo de un descaso o momento de esparcimiento en compañía con amigos y salir con ellos, en este simple hecho haya un devenir de favores por su condición de intendente, ahora, el hecho de la aceptación de favores por parte de la persona en usufructuo de la investidura del ejecutivo, es acción abusiva.

¿Y de qué favores hablamos?, que no pague su consumo, ni haga cola y sea atendido primero, él no está allí como intendente sino como un ciudadano común e igual ante todos, pero al pasar sobre los otros y esa acción ser aceptada sin resistencia alguna, la investidura se imponga favoreciendo a su persona, tal aprovecharse es un abuso.

Los ejemplos de tales usufructuos de su persona por la condición de intendente, también será extensible al éxito con los favores sexuales de jóvenes o esposas de terceros, pues aparte de hallarnos en un pueblo desmoralizado, colabora en tal miseria que tampoco sea posible un ascenso social desde el esfuerzo, el trabajo por la parálisis recesiva del invierno, por el cual habrá que aprovechar cualquier posibilidad de ascenso. A la pseudo prostitución de los favores sexuales podremos agregarle la del amiguismo y la de los cortesanos, sin lugar a dudas que la miseria material mucho tiene que ver con la condición desmoralizante reinante, posicionando a otro tipo de miseria al cual no habremos de redundar.

Ahora, el hecho de abusar nos señala directamente al pueblo, porque aquél que abusa institucionalmente ¡nunca es sólo!, sino posibilitan su ejercicio y continuidad los otros, esto nos patencia claramente a un sector de la comunidad sujeta al servilismo y sus inquietudes por sacar algún tipo de provecho por el congraciarse con el poderoso de turno y modelo de conducta al cual se aprende rápido

Si el hecho de llegar al poder y utilizarlo como usufructuo implica una institucionalización del abuso, donde la sensación de la horda en espera de su momento en el pueblo ser algo patente, pues tras doce años de espera ante una administración radical, al fin le hubo de tocar a una gestión peronista y revancha al fin, y escudados tras la legalidad del ejecutivo, habrán de convertir a la sociedad entera en una especie de botín y listos a saquear.

Porque ¡¡¡el grueso de la sociedad geselina se hubo convertido en un botín a recaudar!!!, al respecto, “El nuevo Código Tributario determina la implementación de nuevas tasas y el aumento de las ya existentes. Es decir, se crearon nuevas leyes a partir de necesidades como la recolección de residuos, salud y cementerio, entre otros, además de modificarse los cocientes en los barrios y/o zonas, ya que en el centro, en barrio norte e incluso hasta la avenida Circunvalación habrá bases superiores a las anteriores, mientras La Carmencita y Monte Rincón pagarán menos. Algunos aumentos serán del 100 % e incluso llegarían al 300 %. Las zonas más afectadas son las de pleno centro y barrio norte, más las habilitaciones comerciales que modificarán casi todos sus valores en altos porcentajes”.6

La pregunta, entonces, surge natural, ¿cuál fue la respuesta de esta sociedad?, nada, ahora, ¿por qué no hizo nada?, porque es indefensa, tal indefensión nos señala algo más dramático aun, que al no poder reaccionar cuando se vulnera lo equitativo, la igualdad entre funcionarios y vecinos o la falta de respeto hacia la minoría alguna, nos dice de la falta de importancia para tal sociedad la lista de esos abusos cometidos. El drama traduce que la incapacidad de reacción o de defensa ante tales violaciones, son porque tales hechos no son importantes para el grueso en la comunidad.

Por lo cual la pregunta no tarda, entonces, ¿a qué reaccionan la comunidad o algunos segmentos de la comunidad geselina?, por supuesto que a lo que considera valioso y eso, ¡qué es?, al negocio, al usufructuo, al dinero.

La dignificación del bolsillo como máximo valor puso como disvalor a los valores enunciados, por el cual el sentido de lo abusivo, emergerá cuando se involucre al dinero, sólo allí habrá de catalogarse a tales acciones gubernamentales como abusivas, porque no existieron espacios de denuncias masivos (medios), ni se convocó a ninguna rebeldía ejemplar (mesa redonda, autoconvocados), ni considerar una desobediencia civil (no pago de impuestos), antes del hecho que significó el aumento de las tasas, y metida de mano en el bolsillo de la generalidad geselina.

Y señalemos alguno de los hechos del gobierno para ilustrar acerca de lo que hablamos: elevación de un presupuesto más del doble que la administración pasada, aumento de tasas impositivas, despido de personal del partido de la derrotada administración ida y agregar a la planta municipal 800 nuevos trabajadores de la facción ganadora, borrar todo hecho positivo (si lo hubo) de la antigua administración, atacar a comercios locales sospechados de pertenecer a otra facción política, runrún de coimas y funcionarios sospechados por abusos y acosos sexuales, la compra de autos nuevos en algunos integrantes de la nueva gestión, presencia insistente en los medios con una propaganda escandalosa, mentiras varias, mala praxis en obras públicas, con una flamante peatonal a la que debe reparar continuamente y sin justificar por qué se rompe, obras anunciadas y paradas, el no haber cumplido el plazo de finalización y justificarse eso también, matones en lugares públicos como la Terminal de Ómnibus, con un hospital público denunciado de mala praxis y ni que decir de su atención, una metodología a la intimidación y amenazas, con periodistas amenazados y golpeados, de esto se trata.

Y ante este estado de cosas, la reacción fue porque se medió el dinero………

Sin embargo, existen otros espejos donde la sociedad puede mirarse y reflejarse como tal y fue el ejemplo señalado de la mimesis del intendente y su persona, del congraciarse con la persona para llegar al intendente. Tal estrategia postula al futuro un deseado usufructuo, aprovechar de forma instrumental la relación con el amigo intendente, estamos ante el círculo de cortesanos y secuaces, de partidarios y adeptos, como de aquellos arribistas y oportunistas en su cotidiana rendición de pleitesías personales, los colaboradores de mantener a lo ya instalado, ante la pretensión de unos y de otros de sacar su pertinente rebanada, parte, mendrugo y beneficio como tal, por el cual nunca más verdadero el aforismo que reza, dime con quien andas y te diré quien eres.

Donde sin estos otros, no sería posible la continuidad de este uno y no hablamos de la persona sino del intendente, las últimas elecciones (2009) lo vio ganador por 800 votos, (o quizás 600) y significa la existencia de otros, ¡y mayor dedicación para nuevas amistades!, y futura base electoral de personas residentes en Villa Gesell por la acción de los planes y dádivas sociales.

Pero, ¿cual es el significado de todo esto?, si hay cierto estilo instalado y la sociedad en general no explotó ni se hubo rebelado masivamente, entonces, la autocracia del momento no fue inaugurada por el actual gobierno iniciado en el 2007, sino que lo hubo de continuar. Esto significa la existencia de diferencias, de grados y de modos de ser en los estilos autocráticos, porque bien podemos considerar autocrático al gobierno pasado máxime que hubo de implicar tres mandatos consecutivos, centrados en la misma persona y aquí, en esa reiteración de lo mismo ya hallamos el síntoma de lo autocrático.

La relación voto y reelección será siempre consecuente con el sentido de una democracia entendida como proceso electivo, así, el ¡cómo gobernar!, habrá de mostrar en mayor o menor grado la pertinente autocracia de la administración baldista.

¿Cómo va emergiendo la instancia autocrática?, primero centrado en quien lo dice o establece tal cosa, en definitiva, quien determina las decisiones tomadas y al respecto, una perturbadora pregunta, ¿cómo pudo mantenerse una gestión por doce años consecutivos, si no hubo de resolver los problemas epocales y germen del mayor mal presente: la actual gestión?

Quizás su gran acierto halla sido entender la relación presupuesto y obras, y conciente de sus limitaciones (por ejercer gran parte de su gobierno radical, en una administración peronista a nivel provincial y nacional), intentó generar una institucionalización como parte de una agenda positiva y eso explica la creación de ARDIS, la casa de los abuelos, del museo, instituir premios a jóvenes destacados con la Adesmia Incana y otros hechos más.

Al respecto, cualquiera podrá notar en ello medidas cosméticas y resabios populistas por tratar de tapar los verdaderos problemas de infraestructura en Villa Gesell, porque valorizar al hijo del vecino sin condiciones futuras al desarrollo de tal joven valorizado implica más demagogia que otra cosa, ante los problemas de lo estacional y fenómeno estructural presente en todo el frente costero bonaerense.

Sobre esa imposibilidad “La idea, por descarada que resulte a un espíritu democrático, se refuerza en la realidad: la gestión radical al frente de la comuna desde 1983 no consiguió obra pública del Estado; aún peor, fueron prohibidos o desalentados por el gobierno provincial tres proyectos privados millonarios gestionados por la Administración de Luís Baldo (1995-2007) para la urbanización turística de la zona norte del Partido”.7

Retornando a la tesis de la reelección como contrario a toda autocracia nos sugiere algo equivocado, y sí consecuente con lo absoluto de todo gobierno personalista y su necesidad de futuros votos, como el imprimir cierto estilo de trato con la gente cuasi peronista en contacto cotidiano, caminar los barrios y audiencias continuas, fueron pasos durante los tres periodos consecutivos del gobierno baldista.

Y momento de preguntarnos por o los equipos de gobierno de la administración pasada ¿fue un equipo de trabajo o sólo meros ejecutores de lo mandado por su jefe principal?, el reciclado de tales colaboradores perteneciendo a diferentes áreas y distintas funciones nos dice de la inquietud de Baldo por no perder el control, por el cual tales colaboradores ser un grupo de personas escogidas según el grado de lealtad y obediencia a los términos señalados del personalismo comunal.

No descubrimos nada si afirmamos la condición de cierta egomanía de todo líder, pero lo que hay en juego es algo más sustancial aun y tiene que ver con el devenir dirigencial democrático, pues, el líder atenta a la emergencia de nuevos dirigentes, al no permitir el nacimiento de nuevas figuras y al rodearse de obedientes adjuntos, completa el circuito entre personas y administración incluida, como reciclados funcionales a su condición de guía.

Y tal es lo autocrático, la toma de sus decisiones como acción de gobierno no deberá ser condicionado por nada limitador a sus decisiones, pues ya no seria una autocracia sino una limitocracia si el mando cayera en los limitados de sus colaboradores, amigos y electores.

Con los limitados recursos ya señalados para resolver en forma estructural los problemas de Villa Gesell, Baldo hubo de realizar un convenio con Extensión Universitaria dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, y en común con otros partidos La Costa, Pinamar, marco para el surgimiento de los pertinentes Planes Estratégicos Regionales, cuyos ejes pivotarían acerca de la identidad, el turismo, el trabajo, urbanismo y ambientalismo, lo social etc. posicionando un discurso racional y progresista respecto a los problemas de desarrollo comunal y regional, por el cual si bien no resolverlos plenamente, al menos, mitigarlos.

Pero tales planes regionales prontamente se revelaron como inviables propuestas a realizar, porque la cooperación entre los partidos intervinientes e instancia estratégica para el desarrollo, dejó de lado algo importante, que al compartir un único recurso económico: el turismo, los partidos serán competencias y difícilmente complementos con sociedades expuestas a la parálisis invernal, en definitiva, tales planes resultaron ser un mero potencial que no pudieron ocultar la incapacidad de afrontar la estructural condena de tales pueblos costeros.

La emergencia de instituciones como la suma de un nuevo tipo migracional del conurbano otorgaron un dinamismo nuevo a la ciudad geselina, por el cual el usufructuo de la herencia del también personalista Carlos Gesell, apelando a su memoria desde el mítico Don Carlos, perder vigencia, el rodearse de punteros funcionales y posibles testaferros en alguna cooperativa surgida, más las torres nacidas donde no debían nacer y con todos los potenciales por venir, tales fueron algunas de las acciones a lo largo de 12 años del gobierno autócrata y predecesor del actual.

Donde tal administración termino por agotarse a sí misma, tras repetirse en lo mismo y en la soberbia de algunos funcionarios de primer nivel y forma infantil de socializar que la administración era lo importante y no la gente, aunque creyera que su gobierno fuera una guía para las masas, el revés electoral le enrostraría que tal creer era sólo eso, un creer y por otro lado, quizás, lo más doloroso de reconocer, que colaboro en abrirle las puertas al candidato opositor y sacarlo de su condición de perdedor, y su mayor fracaso político resida en tal hecho atormentador.

Hay una pregunta forzosamente a realizar ¿de qué se valió la gestión actual para acceder como gobierno electo?, del voto castigo y devenir en autocastigo también, porque derrota tras derrota fueron la fuente de nuevos rencores en este pequeño pueblo, las postergaciones al ejecutivo dejaron secuelas de bronca y enconos donde la comunidad habrá de ser castigada por los victoriosos de hoy, al responsabilizarla por haberles hecho demorar tanto tiempo la toma del municipio.

Con la vigencia de la autocracia y continuada con el estilo propio de la presente autogestión la tentación por apostar a la democracia se yergue paso natural, pero ausente de modelos democráticos, mal puede esta comunidad contar con guía alguna en tal abstracción, por ello las medidas a tomar deben pivotar en un saber elemental, del defenderse de los abusos presentes y futuros, con actos concretos como la desobediencia civil, la creación de nodos críticos, la divulgación y la denuncia en medios nacionales, manejo de amparos y participación institucionalizada.

Por lo cual el pueblo no deberá esperar a reaccionar ante la metida de mano en el bolsillo sino cuando se experimentan los abusos ya señalados y sumamos a ellos el cierre de oportunidad que concierne al municipio porque la autogestión presente enfatiza a los amigos, trepadores, apoyando una cartera del beneficio propio.

Hay una queja y una respuesta a tal queja, cuyo decir es más o menos el siguiente: no se quejen, si ustedes lo votaron o el pueblo jamás se equivoca, y revelada mentira del vergonzoso engaño, porque el cambio de administración fue castigo al autodefinido líder, sin saber o comprender a quien/es estaban instalando, donde nunca una gestión buscó de entrada diferenciarse de otra y efectivamente lograrlo, aunque, no por sus competencias político-administrativa sino por su condición de horda en la gestión de la autogestión.

Monarca rodeado de cortesanos y súbditos, tal hubo de ser y es el panorama del no emerger cívico ni el de los valores políticos necesarios, claro, la diferencia de la pasada administración con esta gestión es algo notable, aunque, notamos el mismo problema de fondo, un gobierno fuertemente centrado en la figura del jefe y todo sujeto a sus venias, sus pareceres, sus deseos, sus inquietudes, atentando con la emergencia de nuevos dirigentes, pues en el futuro, esos nuevos dirigentes podrían disputarle el liderazgo del partido o cuestionar su condición de guía en la sociedad, se trata de un inocultable egoísmo con proyección social.

Sociedad fragmentada en jefes, mesiánicos o líderes, sin transitar el sendero de las ideas y en las obediencias alejada de consensos, sociedad partidaria de la mirada unidimensional y no de la pluridimensional, el yo creo por sobre el yo pienso, el yo soy el único pensante por sobre ninguno lo es, y no se trata de una negación a la participación sino algo más destructor aun, se trata del negar de los otros, cuyo origen se halla en el proyecto inicial del balneario como espacio de renta, donde comerciantes y dueños se arrojaron para sí el derecho de decidir y definir cómo debía ser Villa Gesell, es decir, un espacio sujeto a la presencia de la mercadocracia y una sociedad esclava de ella.

Y esto tendrá sus consecuencias a largo plazo, como fue el atentar a la emergencia de una dirigencia ilustrada, el citado Brunet, respecto de esa ausencia sostendrá que “……no hay tal <dirigencia>, hay comerciantes y hay inversores. Alguna vez los reunió la Cámara de Comercio original para negociar con los militares la creación del Municipio Urbano y la separación de Madariaga; alguna otra vez para apoyar el proyecto de Fernández Heredia ante la perspectiva de ejercer el control directo de la ciudad que los reunió en 1983”.8

Con una historia sujeta a un férreo fundador y apellidos comerciales acostumbrados a mandar, a buscar sumisos y no a un crecimiento en desarrollo, el pueblo jamás aprenderá la siguiente lección un pueblo no debe temer a su gobierno, sino el gobierno temer a su pueblo, en ese antecedente anulado de la palabra pueblo, tales comerciantes fueron consecuentes a sus intereses, ellos, no trabajaron para el advenir comunitario sino para la fracción, la parte, la fragmentación, en definitiva, con el divide y triunfarás, buscaron favorecerse en la explotación de este lugar y proyectada a varias generaciones futuras.

La horda o los bárbaros podría decirse con propiedad si en anteriores administraciones se hubieran ejercido valores democráticos, cívicos o existir un modelo comunitario, porque sólo desde una antítesis dialéctica es posible determinar los grados de barbarie de la actual gestión, pero, ¿existieron tales valores o tales modelos?, no, jamás interesaron para este producto llamado balneario.

Y entonces ¿cómo llamarlos? , y decida usted su definición, pero no desde el lenguaje sino desde la próxima elección: con su voto.

7-Brunet, Fernando, Paradojas Geselinas, Información política, económica y social, Ed. Martín, Mar del Plata, 2009.

7 Brunet, Fernando, Paradojas Geselinas, Información política, económica y social, Ed. Martín, Mar del Plata, 2009.

8 4 Brunet, Fernando, op-cit.