Capítulo IV
4.1 Nunca es uno solo
Por lo general, en todo tipo de gobierno impuro según la fórmula aristoteliana, como de hecho es la Tiranía (uno solo gobierna para su beneficio) y al que agregamos la autocracia, la posibilidad de ejercerlo pivota siempre sobre una cabeza visible que es la del tirano o del autócrata, aunque, en tal consideración se deje de lado la parte que sustenta y permite la continuidad de esa condición déspota como gobierno, se trata la de los súbditos, colaboradores y trepadores.
Hablamos de la presencia y la participación de cientos y según los casos, de las miles de manos y cabezas invisibles trabajando contigua a la cabeza visible, porque un solo hombre no puede llevar a cabo autocracia alguna si no cuenta con cómplices, cortesanos, con personas en su misma sintonía buscando beneficiarse de alguna forma en la cadena de favores que nace desde la señalada autogestión de la cosa pública.
Tal usufructuo, no podría suceder en una sociedad con bases sólidas de convivencia política y transparente, basada en ideas, acuerdos y participación, atenta, vigilante a la irrupción de cualquier sujeto que atentare contra el sentido señalado.
Aunque, tales prácticas del usufructuo sean moneda corriente en nuestro contexto Latinoamericano con una larga tradición asociada a caudillos, golpes de estado apoyado por oligarquías, plutocracias, aristocracias y elites perpetuando intereses de clase, e aquí donde se debe rastrear las imposibilidades por la construcción de una base sólida de civismo al servicio de la cosa pública en sus tres niveles, nacional, provincial y municipal.
Este éxito de las ambiciones particulares amparadas en el ejercicio de una pseudo democracia, proclive siempre a verticalismos y autoritarismos, permite un disimulado sistema cuasi castrense pivotando en la figura del caudillo, el jefe, subordinando a un cuerpo de partidarios, adeptos, militantes y espacio ideal par la mezcolanza de los oportunistas de turno.
En verdad, desde tales condiciones debemos convenir de estar en una sociedad muy indiferente acerca del verdadero espíritu democrático, tras bicentenario y casi treinta años después, continuar acusando a los cabecillas del proceso de la forma como se lo hace, señalándonos por la condición exclusiva de los males acarreados, provocando la sospecha de ser -aparte de culpables- chivos expiatorios y así, tapar, ocultar a una ciudadanía no comprometida y harto cómplice con su indiferencia cívica que hubo de acuñar el algo habrán hecho, cuya analogía la hallemos hoy día con individuos, personas y vecinos abúlicos ante el ejercicio de los abusos realizados en municipios, provincias y gobiernos nacionales.
Tal sucesión de hechos nos hacen más que afirmar que el tirano ¡nunca es sólo!, pues posibilitan su ejercicio y continuidad, otros, que son los ya señalados como también esos nuevos otros que no necesariamente están en relación al poder de turno, sino que se trata de esos otros cuya complicidad nació en las indiferencias y del no hacer nada, se trata de ese tipo de complicidad que asevera odiar a la política donde se autodenominan a sí mismos ¡apolíticos!, estamos ante la peor de todas las complicidades, las que pivotan en la ignorancia que les hace creer que esa forma de pensar los hace neutrales y apolíticos.
Mientras los clásicos otros decir presente, algo típico e incubado en la comunidad geselina como es el buscar congraciarse con el jefe comunal, aparecer junto a él, sacarse fotos con él, de aparecer de fondo ante las cámaras televisivas, de vivarlo también, hablamos de vecinos comunes y de periodistas en su generalidad y si por ventura llega a ser comerciante, algunos no cobrarle por sus servicios, así, unos y otros, todos al compás de las sonrisas y el tributo de pleitesías, actitudes y hechos pivotando sobre un pensamiento de fondo, en la ventaja que significa congraciarse con el poder, que nos muestra la presencia del servilismo como algo instalado en el pueblo.
Tal es el círculo señalado de cortesanos y secuaces, de los partidarios como de los adeptos, en suma, se trata del arribismo posicionado buscando siempre ser simpático al poder y claros representantes de un sistema de actitudes serviles, como rastreras desde el eje del propio interés y sin importarles por el significado de fondo, ser sustentadores de un gobierno autocrático.
Como ejemplo de lo expresado, consideremos el aumento de tasas, ello fue posible por la presencia de mayores contribuyentes, ellos fueron los que debieron votar tal incremento, ciudadanos elegidos por el propio ejecutivo, aprobaron el aumento del 300 por ciento de las tasas municipales, para ello se necesitó de la presencia de 12 colaboracionistas en calidad de concejales junto a los restantes originales, votando por la afirmativa. Preguntamos, ¿los otros bloques no designaron mayores contribuyentes más allá de ser elegidos o no?, es interesante lo planteado por el citado Brunet en este punto, porque “Los bloques de la UCR y Compromiso Ciudadano no designaron mayores contribuyentes para su designación. Aunque parezca curioso, es de trámite en Villa Gesell: durante los doce años de la Administración Baldo (1995-2007) la bancada peronista en la oposición tampoco presentó mayores contribuyentes. La dependencia que tiene el comercio de la administración en materia de habilitaciones e inspecciones y el uso discriminatorio de ese poder habilitante contra los adversarios políticos opera como elemento disuasivo sobre el sector mercantil, de manera que las bancadas opositoras no presentan mayores contribuyentes para no exponer a sus patrocinantes, grandes propietarios o comerciantes amigos; recién en 2009 se inscribieron en la nómina mayores contribuyentes no oficialistas”.1
Estos máximos contribuyentes y lo que votaron, más allá que redundare o no en sus provechos, los habrá de asociar para siempre a un gobierno que considera a la cosa pública como algo propio y ejercer sus acciones abusivas desde el núcleo mismo del propio oficialismo, donde “Hoy el uso de oportunismo y oportunista es corriente en diversas actividades, pero sobre todo en la política. En este ámbito los términos en cuestión incrementan considerablemente su sentido peyorativo, y tienen que ver muy directamente con la ética ciudadana, hasta el punto de que semejante tipo de conducta se relaciona estrechamente con la corrupción”.2
Pero el colmo de males con los títulos o noticias tales como, “La municipalidad llevaría ante la justicia algunas de las denuncias mediáticas hechas por la oposición…La Comuna iniciaría acciones legales por calumnias e injurias contra periodistas y sectores vinculados a la oposición”3, no ayuda a salvar la mínima credibilidad del ejecutivo, máxime cuando la propia realidad es tildada de oposición, aunque, ¡se trate de la realidad a secas!, y cuan espejo no hará más que reflejar lo que todo gobierno hace.
La emergencia de los otros, nos muestra a un pueblo sujeto al beneficio personal pivotando desde una base individualista, a un pueblo mucho más atento a lo deparador de la temporada, a los nuevos negocios por un lado, mientras que por el otro lado a las nuevas posibilidades de toda condición clientelar de cargos y puestos en la municipalidad, así, trepar, obtener lugares y espacios institucionales, implica a esos otros como presencia colaboradora de la presente forma impura, tal como sucede con el presente gobierno.
En definitiva, se trata de una comunidad que no examina, ni critica, ni cuestiona tales hábitos y por ello jamás podrá crear un marco para las discusiones de fondo, ni de espacios abiertos a la participación de todos, y bien proclive a las confusiones conceptuales como es el hecho de justificar la presente autocracia por el ejercicio de una democracia, cuando lo importante es trata de la democratización el marco conceptual donde debe sustentarse lo democrático.
Entonces, ¡que hacer!, ¡¿cómo poner límites!?, porque todo no hacer en el sentido de la puesta de los límites, colabora notablemente con el perpetuar de los abusadores y depredadores de lo público en beneficio de lo propio, sustentada en la demagogia partidaria, apoyando el clientelismo señalado, seleccionando a serviles adeptos, que hace interesante la pregunta por los límites a tanta miserabilidad.
4.2 Los límites
La pregunta por los límites ante la arbitrariedad ejercida en un pueblo indiferente a los valores comunales, cívicos, solidarios, vecinales, permisible a las arbitrariedades resulta un tanto contradictoria, porque el registro de los tibios modos de oponerse a la presente autogestión fueron hechos en términos de protestas y marchas esporádicas cuando fueron atacados ¡no los derechos! sino los intereses comerciales de la playa y el comercio se sintió vulnerable en su generalidad, y cuando parte del pueblo tomo conciencia de la inseguridad al ser víctima de la misma. Pero lo interesante es que jamás protestó o se opuso contra lo autocrático en sí, sino en contra de la incapacidad e inutilidad del presente gobierno.
Vayamos a cierta ilustración y preguntemos ¿en qué momentos se deben poner esos límites?, primero en el rechazo de toda autocracia y para ello, ese rechazo traducirse en voto en las próximas elecciones, pero mientras se espera la llegada del próximo acto electoral se deben realizar las pertinentes denuncias públicas de mentiras, autoritarismos, aprietes como también la quita de toda representatividad de la comunidad porque la autogestión sólo se representa a sí misma.
Así, por ejemplo, cuando algún funcionario hace declaraciones desmintiendo lo real, vale decir ¡que miente!, ¿qué debe hacer usted?, decirle a un mentiroso que no mienta más es algo inútil y una pérdida de tiempo, pero sí puede aclarar a los otros con datos y hechos concretos la pertinente mentira del funcionario. El límite está dado en contrarrestar el efecto de la mentira, puesto que usted no puede hacer nada para que los funcionarios dejen de mentir.
¿No cree que es hora de pone límites a ese escuchar año tras año de estar frente a la mejor temporada de la historia, el de las concreción inminente de las obras?, tales minucias habrán de ir provocando en las mentalidades más sensibles, un fuerte rechazo por lo que sucede, ya no en el gobierno sino en el pueblo.
Al respecto “Esta ciudad que era mi proyecto de vida algún día, desaparece. Se esta transformando en un instituto de menores, descontrolados, alcoholizados, impúdicos, que invaden con su falta de educación, la posibilidad de disponer aunque sea por una semana por año del lugar que uno se ganó.
No quiero convivir con gente que vomita en las veredas, que orina delante de cualquiera a cualquier hora, con rottweillers de 60 kilos depositando sus heces en la playa, con niños manejando cuatriciclos y adolescentes saliendo alcoholizados de Pueblo Límite, conduciendo automóviles...
No quiero convivir con vecinos que alquilan un departamento para 5 personas y terminan yendo 12... ”.4
¿Nota usted la diferencia?, ya no es el gobierno sino el lugar, la radiografía de lo que sucede en temporada es bien ilustrativa, vale decir, ausencia de límites entre los propios geselinos a esos, al cual hipotéticamente se le exige que pongan límites.
Por eso, para la presencia de los límites, debe existir conciencia de lo correcto e incorrecto en la realidad como en la esfera política, vale decir, de entender como burla instalada la presente autocracia donde los limites, hablan de cada uno de nosotros y nos define como sociedad, así “Los límites diferencian entre lo que es y lo que no es usted. Definen el alcance de sus responsabilidades. Determinan cómo actúan los demás a su alrededor y cómo deben tratarlo. Sin límites, usted se convierte en un felpudo, permitiendo que los demás lo traten como se les dé la gana”.5
Nótese lo siguiente, si el autócrata busca concentrar en sus mano el poder, eso anula toda formalidad democrática, dada en la representación de minorías, derogando la propiedad del consenso y desvirtuar el sentido republicano de la división de poderes, al adquirir mayoría en el H.C.D. por el cual “La preocupación política de poner límites y barreras a los que gobiernan para que no pisoteen los derechos de los ciudadanos es una preocupación que no ha andado siempre de la mano con elecciones y votos”.6
Pero no todo ha sido negativo en la presente gestión, su mayor virtud fue haber reflejado como nunca a la sociedad geselina, pues la indiferencia por parte de ésta respecto a lo público que no acarree beneficio personal, emerge de cierto imaginario heredado de la historia pueblerina y de su lucha inhóspita para posicionarse en el lugar como negocio, comercio y renta. El germen privado en la instancia fundacional del pueblo habrá de posicionar una premisa mercantilista de enfatizar lo individual por sobre lo comunitario.
Este es el sentido de la sociedad geselina, un marco redundante en beneficios personales donde los abusos ejercidos por los amigos del poder, si no ponen en peligro a los intereses comerciales o empresariales, entonces, los valores cívicos o el compromiso con la cosa pública no interesa porque no es importante, por el cual lo social, lo comunitario y si se quiere eso denominado Villa Gesell, es mera fachada publicitaria hacia terceros, los turistas, se trata de un mero producto sin sustento comunitario alguno y eso ha sido, el mayor acierto del presente gobierno, reflejar los valores que se manejan en el pueblo.
Ese no importar, no está muy alejado ideológicamente de aquel dicho que rezaba, por algo será o algo habrán hecho y que el siguiente texto lo analogiza muy bien:
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Por ello no existen límites, porque los límites expresan una postura hacia lo colectivo con proyección institucional. Significa en pensar distinto, algo trabajoso y aterrador esfuerzo para mentes perezosas sujetas al pragmatismo de la renta e irrespetuosas ante otras formas de pensar, mentes que no reconocen lo distinto, ni lo diferente, renuentes a entablar diálogos porque se han acostumbrado al monologo de la imposición, y a extirpar de sus oídos toda critica al servilismo, al cual ellos hubieron de adherir al colaborar a mantenerlo en el pueblo.
No obstante, si bien los límites expresados son instancias ideales, emerge en este año algo fundamental: la cita electoral, y remoción de los impresentables del momento, pues aquí hallamos el mejor de lo límites, la no continuidad del gobierno autócrata, con el partido y la persona que sea, por más amigos, compañeros y vecinos testimoniados como tal.
4.3 Consideraciones finales
La instancia moral y jurídica representan distintos ámbitos, el jurídico involucra un contexto penal sujeto a pruebas, por el contrario, la condena moral es a otro nivel, se trata de un juicio que reprueba la condición de cierta persona, la falta de respeto, por ejemplo, jurídicamente tiene nulo alcance sin caer en la honorabilidad y ese tipo de cosas, no obstante, ser irrespetuoso no implica ámbito jurídico, pero si condena social, sin embargo, nos encontramos con casos que simultáneamente incluyen lo jurídico y lo moral: la corrupción. Porque tal hecho al ser comprobado, lleve a la cárcel al corrupto y su condición de inmoral, provoque un distanciamiento con la gente honesta en una sociedad, aunque, tal idiosincrasia de lo moral no abunde en sociedades mercantilistas como la geselina, más sujetas a la afirmación de negocios son negocios.
Lo instalado hoy día en Villa Gesell desde el punto de vista autocrático implica una fragmentación, así, la parte, la fracción, en definitiva, la condición individual postulando al sí mismo, sacará provecho en todo momento, tal forma de actuar se halla en consonancia con el ser del lugar e iniciado como lugar de oportunidades y una vez que estructurado, dio paso al ser de los oportunistas. ¿Saben lo que es un oportunista?, hace referencia a aquellos que muestran una actitud que les lleva a aprovechar al máximo, las circunstancias para obtener el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta principios y convicciones.
Tal como hubo acontecido con aquellos oportunistas que una vez logrado el gobierno municipal, lanzarse al botín llamado Villa Gesell.
Pero los oportunistas no son sólo aquellos que llegaron, que son en acto sino también de aquellos que existen en potencia, listos a llegar y para ello, parapetarse en discursos sociales, comunitarios, ambientales, moralizante, veraces y cuanto epíteto más. Por ello, más que nunca se debe prestar atención a los nuevos sujetos que desde el discurso de lo popular, lo vecinal, barrial o comunitario harán sus propuestas pivotando en el llegar a ser, rayando el ámbito ideal y axiológico, porque la intencionalidad noble suele ocultar a un arribismo bajo un tinte moralizador, ocultando su condición de neto trepador bajo el disfraz de la esclarecida propuesta.
Y para ir finalizando, la autocracia presente nos muestran a lo democratizante totalmente alejado de lo democrático, éste es mero sistema electoral, cuyos votos emitidos señala una actitud, la indiferencia por toda democratización y lo valioso del imaginario reinante, el dinero, pensamiento correspondiente con la precariedad iniciada tras el fracaso maderero y continuado ante la nueva necesidad de posicionar un producto sujeto al vaivén del mercado, el balneario.
Por ello “Si no consideramos en absoluto, si el capital no se molesta por la extensión de la pobreza, le estallará en la cara, en la tres, en forma de inseguridad, mendicidad, venta ambulante ilegal, drogas, prostitución y crimen organizado”.7
La Av. tres, espacialidad estratégica de los servicios, del comercio y las finanzas, el citado análisis no pierde su carácter burgués, pues la pobreza hace rato que ya se ha enclavado en los barrios geselinos con sus correspondientes efectos de mendicidad, asistencialismo e inseguridad, y mucho tiene que ver con ellos, este sistema económico de tres meses al año y generador de una parálisis estructural como consecuencia de su estacionalidad.
Y es allí donde se debe mirar.
Bibliografía
1- Brunet, Fernando, Paradojas Geselinas, Información política, económica y social, Ed. Martín, Mar del Plata, 2009.
2-Rodríguez, Alexis Márquez, Oportunista, en pág. Web: http://webarticulista.net.free.fr/amr200718020912+Alexis-Marquez-Rodriguez+oportunista.html (en línea)
3- El Mensajero de la Costa, año XVI Nº 5463, 15 de febrero, 2010.
4- Cartas del correo de lectores de El Fundador. Año XIII - Número 279, en pág. Web: http://www.gesell.com.ar/elfundador/ (en línea)
5- Tu lugar y el mío, en pág. Web: http://www.lukor.com/hogarysalud/05051604.htm (en línea)
6- Zavala Cuadra, Xavier, Democracias no liberales, en pág. Web; http://www.librolibre.org.ni/DocPo./educ/varia/noliberal.html (en línea)
7- Martin Niemoeller, (*1892 - †1984) Pastor protestante alemán.
1 Brunet, Fernando, Paradojas Geselinas, Información política, económica y social, Ed. Martín, Mar del Plata, 2009.
2 Rodríguez, Alexis Márquez, Oportunista, en pág. Web: http://webarticulista.net.free.fr/amr200718020912+Alexis-Marquez-Rodriguez+oportunista.html (en línea)
3 Diario El Mensajero de la Costa, op-cit
4 Cartas del correo de lectores de El Fundador. Año XIII - Número 279, en pág. Web: http://www.gesell.com.ar/elfundador/ (en línea)
5 Tu lugar y el mío, en pág. Web: http://www.lukor.com/hogarysalud/05051604.htm (en línea)
6 Zavala Cuadra, Xavier, Democracias no liberales, en pág. Web; http://www.librolibre.org.ni/DocPo./educ/varia/noliberal.html (en línea)
Martin Niemoeller, (*1892 - †1984) Pastor protestante alemán
7 Brunet, Fernando, op-cit.