Evolución de los medios en Villa Gesell
Primara parte
En el amplio espectro del fenómeno comunicativo con el uso de la palabra la dimensión dialógica fue la más importante y unida a la gestualidad se constituyó el mensaje, y tras ser decodificado nacería el pertinente sentido. Tales fueron las variables en juego de la comunicación humana, modelo a ser ampliamente superado ante los nuevos emergentes de la comunicación como los provocados por el nacimiento de la prensa en el S. XIX para luego, ya en el S. XX, devenir medios masivos de comunicación.
Tales medios (Televisión, Radio, Prensa Escrita e Internet) serán incorporados como parte indisoluble de la realidad, es más, casi podría decirse parafraseando a Platón, que estaríamos frente a lo que podemos denominar el mundo que aparece en los medios como el verdadero y el otro que no aparece en ellos el aparente, donde tal matiz ontológica, en el sentido que determina que algo sea, obedece al poder que los medios ejercen.
Lo que decimos no es más que una simple descripción hacia aquello denominado medios masivos operando en la sociedad de masas y ampliamente abordado como teorizado desde aquel marco pionero que le cupo a la rotulada Teoría de la Aguja Hipodérmica, así “También podría describirse al modelo hipodérmico como una teoría de y sobre la propaganda; éste, en efecto, es el tema central respecto al universo de los media”.1
Sin embargo, será preciso señalar una diferencia acerca de los alcances, funciones y posibilidad de esos medios, porque tales aspectos dependerán de la época como del contexto en el que operen.
Por ejemplo, en las grandes metrópolis no hay duda alguna acerca de que el mundo es lo que aparece en los medios, puesto que ellos trasmiten, dicen, notifican acerca de lo que sucede y ocurre en la realidad, la informan, todo desde un sentido unidireccional que enfatiza la importancia del mensaje, aunque, los medios también serán abordados desde otras perspectivas teóricas como son el feedback (retroalimentación), la escuela invisible, funcionalista, crítica etc. y en la que no nos vamos a detener.
Donde sí nos vamos a detener será en la diferencia del contexto, nos referimos a las ciudades y pueblos como también a aquellos poblados chicos, donde el medio ya no informa acerca de la realidad sino que queda asimilado a ella, nuevamente parafraseamos pero en este caso a Aristóteles, las realidades no se separan sino que se contienen, están en ellas.
Así, tal diferencia de contextos parten del hecho que existe entre crecimiento social y su complejidad, expresado en instituciones, nuevos servicios, mayor densidad demográfica etc., provocando una transmutación del medio donde la mayoría de sus habitantes están fuera de sus hogares, viajando, ejerciendo sus tareas, realizando diligencias, sin interiorizarse por los intereses comunitarios y disponer de escaso tiempo para interactuar con otros con parecidas preocupaciones.
Tales imposibilidades de relacionarse con su medio social harán que esos individuos queden como expulsado del espacio en el que viven, aislados e incomunicados entre sí y como medida para romper ese aislamiento acudan al medio para estar conectado con la realidad porque el medio les informa, les dice, les muestra lo real, aunque esto afirmado acerca del medio esté en tela de juicio ante el hiato existente entre noticia y realidad.
Sin entrar a considerar este hiato, algo distinto sucede en aquellos pueblos donde el régimen de vida no es tan acelerado, ni las distancias para ir a trabajar son extensas, podemos decir que ese individuo en tal sociedad no se revela como atropellado por las actividades urbanas, posibilitando el contacto con los otros, dando lugar a ciertos rituales como el reconocer al otro, el saludo, el encontrar al vecino fuera del lugar de residencia habitual porque todos, en algún modo, participan de la misma espacialidad que los va aglutinando como es el compartir el mismo banco, el mismo centro comercial, el pagar las mismas facturas de servicios etc.
Esto permite ir construyendo una familiaridad donde el hecho de compartir el propio centro neurálgico del pueblo o de la ciudad, y posibilite que ese vecino, ese residente no quede aislado ni ensimismado en su tarea, es decir, el acontecer del lugar cuenta con su participación y entablar un contacto directo de unos y de otros, fundamento de todo comentario respecto al lugar, del acontecer pueblerino y de la noticia del boca a boca local.
Esto rompe con el concepto de sociedad de masas en el sentido del aislamiento y la incomunicación de unos y de otros.
He aquí, entonces, dos capacidades operativas distintos de los medios, teniendo en cuenta sus contextos, donde los sujetos urbanos están obligados a seguir el tren que propone la gran ciudad y para estar en contacto con otro mundo que no sea el privado, separado de su habitual experiencia, deberá apelar al medio, por el cual éstos adquieren una curiosa condición: ser ojos y oídos de ese sujeto porque a través de ellos su estrecho horizonte cotidiano se amplia, de esta forma el medio adquiere un espacio de apertura ante la cerrazón que la propia cotidianeidad urbana genera.
Mientras que en ciudades donde todavía no han alcanzado sus primeros cien años de vida como de hecho sucede con muchas localidades costeras, todavía es mucho lo que deben ellas crecer para llegar a ser medianamente centros urbanos como Buenos Aires, y la condición de sus habitantes ante los medios ser otra, porque no estamos frente a grandes extensiones ni complejidades algunas, donde la noticia participa más de la experiencia directa que encarnan los propios vecinos en su contexto.
Estos pueblos costeros con una fundación muy cercana y que apenas ayer estuvieron bajo el influjo de sus fundadores y la camada de sus pioneros, hoy deben continuar en su crecimiento, continuar con la senda hacia el por-venir ejercitando ese espíritu pioneril, cuño característico del contexto de la costa: pionero, señalado o entendido como aquel o aquellos que abren caminos.
Que generaron la impronta del hacer para crecer, materializadas en las primeras casas, primeros albañiles, primeras inmobiliarias, primeros balnearios sobre la playa, primer hotel, restaurantes, boliche etc. y por supuesto, con aquellas actividades emparentadas con la cultura, la educación y la de los medios.
En la medida que todo pueblo crece, es decir, que se solidifican determinadas etapas, la sociedad lo va haciendo a la par, pero el significado de ambos crecimientos implica diferentes planos e inquietudes mucho más complejas, pues a las primeras necesidades tipo supervivencia como son el trabajo, la casa y la alimentación, surgen otras asociadas a aspectos culturales y educativos.
Una suerte de pirámide de Maslow pincela mejor la situación, recordemos que “… es una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en su obra: Una teoría sobre la motivación humana (A Theory of Human Motivation) de 1943, que posteriormente amplió. Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados”.2
Entonces, ante las necesidades básicas realizadas, será momento de la emergencia de otras actividades y condición para la emergencia de los primeros medios, aunque desde una situación de precarización total, porque si algo habrá de caracterizar esa primera etapa en la mayoría de los pueblos de la costa será lo precario, cuyo resultado entre otros redundó en un ciclo cuya característica era que a medida que surgían también desaparecían.
Tal condición precaria estaba provocada por una sumatoria de cosas tales como que aquellos que hacían un diario, pasquín, publicación escrita etc., no eran auténticos periodistas, no existía una presencia profesional en el sentido cabal de la palabra, como tampoco contar con un respaldo económico, sin embargo, el valor de tales publicaciones no lo fue tanto por su registro de las noticias del pueblo sino porque hubieron de preparar la impronta a futuras publicaciones, donde una vez superada la espada de Damocles que significaba lo precarizado, asumirán un carácter definitivo en la continuidad de sus ediciones.
Junto a la condición azarosa de estos primeros medios sin lugar a dudas se les puede señalar como una segunda instancia fundacional desde el ángulo de Maslow, instancia superior como lo es todo emerger cultural desde la especificidad de la comunicación.
Así, la característica pioneril de los primeros medios redundó que su actividad estuviera dominada más por lo vocacional antes que por el estricto negocio, puesto que sus contenidos reflejaban el acontecer social de fiestas, eventos, comunicados, fotos, cumpleaños etc., esto hubo de prevalecer antes que la estricta información de hechos delictivos, pues ellos casi no existían como también que los hechos políticos en su generalidad estaban supeditados a las noticias de la municipalidad en general.
Así, la información acerca de la vida comunitaria fue el carácter influyente en aquellos primeros medios y al que hemos categorizado de social antes que de estricto periodismo.
Y colaborando con este sentido social mucho aportó que la óptica del medio como negocio fuera expresión de una instancia posterior, mucho más próxima a los años noventa, no presentes en aquellas épocas de los años sesenta, setenta donde el medio representaba una instancia mucho más vocacional y de servicio.
Es clara la contraposición, respecto a los medios de las grandes urbes y su condición de negocio donde adquiere urgencia el sentido de la noticia, la noticialidad y todo aquello pertinente a la información como producto mercantilizado, dejando de lado el costado social de la misma.
Ya para ir finalizando esta introducción, nuestra pretendida inquietud del siguiente texto será el rescatar la historia de algunas precursoras publicaciones de los medios en el contexto geselino, sin lugar a dudas hablamos de publicaciones pioneras, desde el cabal significado de la palabra: aquellas que abrieron camino a las actuales.
Ya que en Villa Gesell nos encontramos con nombres y apellidos precedentes que contribuyeron a abonar la tierra de lo posible en sus primeras publicaciones graficas, aunque iniciada en los años cincuenta y publicadas en la ciudad de Gral. Madariaga, aquellas expresiones del periodismo gráfico fueron leídas por los geselinos de aquel tiempo, no porque en Gesell no hubiera publicación sino porque el pueblo de Gesell en aquella época, pertenecía a la localidad madaraguiense, después será en los años sesenta el nacimiento al primer el medio radial de La Villa en la figura del apodado negro Latini y en tal línea, ya en los ochenta, surgiría el medio televisivo del canal 2, la empresa GESATEL y último eslabón de la cadena mediática en el presente comunal.
1 Wolf Mauro, La investigación de la Comunicación de Masas, Ed. Paidos, México, 1994.
2 Pirámide de Maslow. Pág. Web: http://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_de_Maslow (en línea)