Las limitaciones técnicas – el realizador se enteró una hora antes de la proyección que el proyector que tenía a su disposisión estaba quemado para colores – evidenció además una absoluta falta de interés por el documental, que narra la historia de Villa Gesell, vista por ojos de los propios hijos del fundador de la Ciudad.
En la sala estuvieron presentes familiares de Don Carlos Gesell, que siguieron con atención el relato histórico planteado desde la pantalla. Rosmarie, sus hijas Claudia y Gabriela, y sus nietos integraron la platea.
El documental narra con rigor histórico la vida de Carlos Gesell, su pensamiento y su obstinado esfuerzo por forestar los médanos que hoy son este paraiso natural.
A lo largo del film, las anécdotas familiares son un hilo conductor que permiten reconstruir un personaje inigualable, un mano a mano con la dimensión épica de la historia de la ciudad.
Y porque para querer se debe conocer, es un documental para ver.
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