pero todos en la presente conmemoración buscarán: ¡el nunca más y el no repetir!, aunque, sólo el presente determina nuestro hacer como nuestro estar, más allá del testimonio, porque lo que fuimos y lo que hicimos, si no hay cambio, entonces, lo volveremos a hacer pero no mero repetir sino porque está inscripto en nuestra forma de ser como sociedad.
Entonces, ya estamos en el 24 de marzo y es la hora del repudio, de recordar a los hechos realizados por la siniestra dictadura, lo que ella implicó y significó porque hoy, todos somos democráticos, republicanos, cívicos por excelencia, somos el modelo y el ejemplo a trasmitir......
Hacer “leña del árbol caído”, “muerto el rey ¡viva el rey!”, el “chivo expiatorio”, tales expresiones sugieren que aquellos golpistas de aquel 24 de marzo como a los únicos culpables, pero que no son tan únicos, sino sugieren bombas de humo para tapar otras culpabilidades mucho más relacionadas con aquellos cívicos, políticos y demócratas del hoy, que no supieron torcer lo que a vox populi en aquel ayer, recorría de norte a sur de este a oeste el país entero: el golpe militar.
Ser modelo sería no haberlo permitido, pero fundamentalmente no haber generado las condiciones de posibilidad para que fuera, y sin embargo, estamos en el país de los no culpables ni de los responsables, no es porque no existan sino porque tanto culpas y responsabilidades son manejadas políticas e ideológicamente.
Por eso es que hoy ante esta fecha, si o si se ha instituido aludir al fetiche del vencido, y aquí debemos aclarar algo, ese fetiche no fue vencido por una resistencia ni lucha alguna que implicara pueblo, sociedad o colectivo por el estilo, sino que tal fetiche fue vencido por su propia inutilidad e incapacidad de tener en sus manos la cosa pública, bueno, enfrentar hoy a este fetiche sólo puede ser hazaña para una comunidad sujeta al gusto romano del pan y circo alentada por la ideología de la clase política, en la cual se esconden cobardes y miserables, pues muchos de aquellos fueron cómplices de la gestión militar como también lo fueron, son y serán, esa masa llamada sociedad.
Entonces, vislumbremos la hora de los discursos, de las solemnidades y el desgarro de vestiduras, momento del emerger de los cínicos que nos rodean, aunque, debemos alertar algo; el pseudo vencido está aquí, porque si se piensa que son los militares los culpables del 24 de marzo, ¡se equivocan!, recuerden que éstos sólo son un fetiche, el verdadero enemigo son aquellos que prepararon las condiciones de la emergencia de todas las dictaduras en este extraño país por la cosa pública y de sus cómplices desinteresados por ella, el llamado pueblo.
Estamos ante el verdadero y único enemigo, entre los interesados por tomar el Estado, unos a través de los tanques y otros a través de las urnas y los desinteresados por quienes se sientan en el sillón de Rivadavia, he aquí el verdadero y real enemigo.
Donde, unos y otros forman la dupla ideal; el de las mayorías, legitimando un sistema electoral y justificado ideológicamente como democracia, sistema que ha sabido instalar a las pertinentes autocracias como estilo de gobierno en casi todos los pueblos en este país.
Porque la diferencia entre dictadura y autocracia, ¿lo podéis explicar?............festejad al chivo expiatorio porque sólo para unos pocos, pero muy pocos, sin representación, sin medios, sin circo, no tienen nada que festejar.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias