en repudio al proceso militar que atravesó la Argentina entre 1976 y 1983.
Unas de las palabras más sentidas - señala el portal que dirije el colega Martin Brocos - fue la del actor, director de teatro y ex director de Casa de la Cultura, Jorge Oczowinski, en una reflexión con alto contenido: “Estamos ante un nuevo 24 de Marzo. Recordatorio del inicio de la dictadura más voraz y criminal que tuvo lugar en la Argentina. Tomando esta fecha se conmemora el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Es el día en el que conmemoramos y homenajeamos en nuestro país a las víctimas políticas producidas por la fuerza y la violencia del Estado. Para que nunca más.
Más de 30.000 desparecidos son recordados hoy y siempre en el suelo Argentino.
A ellos mi homenaje más sincero, hoy y siempre.
Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
Memoria, Verdad, Justicia.
Estas palabras despiertan en mi y estoy convencido que también en la mayoría de nosotros, en fechas tan caras a nuestros sentimientos e historia como esta, la firme convicción de establecer una lucha sin más, sin tregua, por lo humano.
Por eso, en este homenaje, voy a ensayar ser la voz de los desaparecidos. Pero no la de los desaparecidos físicamente en la nefasta instancia inaugurada en la fecha que hoy recordamos. Quiero ensayar, como homenaje, desde ese lugar de la lucha por lo humano, ser la voz de aquellas personas y cosas que están siendo desaparecidas hoy y en el medio que nos reúne a la gran mayoría y que bien conozco desde hace más treinta años. El ámbito artístico, el de la cultura en nuestra Villa Gesell.
Quiero, desde esa voz, decir y dejar sentado: Que por acción u omisión desde el estado, que somos todos, y desde el gobierno, se están dejando desaparecer cuestiones inherentes a lo humano. Que se están dejando desaparecer personas.
¿Cómo se puede definir si no a la ausencia de artistas de nuestra localidad que tienen vedado el uso de esta casa?
A Pablo Alter lo estamos desapareciendo. No puede contar con este espacio, luego de muchos años de batallar y bien ganarse ese espacio.
Dejamos desaparecer a seres humanos valiosísimos y de vasto conocimiento real en este lugar como lo sigue siendo Karina Ovanisianz, a quien se la ignoró y degradó sistemáticamente, haciéndole perder su dignidad como empleada hasta que, cansada, después de muchos años de trabajo, decidió irse de la ciudad, viviendo hoy en un no deseado exilio.
Los Marrokos como grupo fueron desparecidos, más allá de los tibios intentos para revertirles esa situación.
Han desaparecido profesores, profesionales de primer nivel y de muchos años de trabajo y trayectoria, sin motivo real, solo con la excusa de un “proyecto nuevo”, que a todas luces es solo un proyecto personal, sustentado con el presupuesto que nos corresponde a todos. Para corroborar esto solo basta ver los programas de algunos espectáculos que aquí se producen.
Sobre esto también digo: ha desaparecido de una forma violenta la ética, como valor fundamental y principal del funcionario. Y en mucho aspectos.
Se hizo desaparecer un elenco Municipal, legal y legítimamente constituido, cuyos integrantes no percibían retribución alguna, bajo ningún concepto. Se hizo desaparecer sin ninguna explicación. Ahora sí, este Elenco era independiente en su repertorio y llevaba adelante los proyectos elegidos por ellos mismos.
Está desapareciendo la equidad, ya que muchos grupos que trabajan en esta casa o pertenecen a ella, ven con auténtica tristeza, como por acción u omisión, voluntaria ó no, son descuidados de manera continua y persistente. Y este descuido va a hacer desaparecer sus ganas de pertenecer, de estar. Ha desaparecido la cartelera con nombres importantes que establecía el piso de los espectáculos en la ciudad y daba a esta casa un movimiento continuo e incesante de público, del cual todos salían beneficiados. La magra asistencia de público este año, por más que en declaraciones y reportajes se quiera demostrar lo contrario, da cuenta de las consecuencias de esto.
Ha ido desapareciendo la alegría palpitante de estos pasillos, reemplazándola una corriente de dimes, diretes, faltas a la palabra, intrigas, traiciones y todos los elementos de un drama palaciego shakespirano.
Se está desapareciendo las ganas.
Memoria, Verdad, Justicia.
Pueda ser, quiera Dios, que llenemos a estas palabras de su real y verdadero contenido. Sino, todos los homenajes quedarán vacíos de contenido y serán solamente actos protocolares.
No quisiera que esta voz sea contestada con discursos y recriminaciones fáciles. No soy destituyente, no ataco a los poderes del estado, no quiero estar es el lugar de nadie. Solo reflexiono desde donde estoy hoy y de acuerdo a la evidencia clara de los hechos. Y sería deseable que con hechos se conteste.
Soy consciente de las muchas faltas cometidas, por mí, por otros gobiernos. Cada persona, cada pueblo, carga con su historia. Pero, ya lo dijo Shakespeare, “El pasado es un prólogo”. Y yo agrego: “Es y DEBE ser un prólogo”. Si no lo superamos, si no ponemos la vista en los sueños que soñamos para nuestra cultura, para nuestro desarrollo artístico, con una mirada abarcadora, con la mano tendida, sin revanchismos ni venganzas, valorando cada cosa y persona por lo que realmente es, jamás entraremos a la obra. Nada me cuesta tanto como intentar ser esta voz que intenté ensayar. Nada me cuesta más que esto dicho. Pero, no me animo a decir lo que no pienso, y tampoco callar, como manso cordero, lo que sí pienso. Y este es un desafío alto y caro. Pero, al decir de la poeta “Alguien tenía que decirlo. No me muero por ser el más valiente, solo aspiro a vivir no claudicando”
Quizás es bueno recordar, y tenerlo presente cada día, que la obsecuencia, cualquiera sea el motivo que la impulse, es muy amiga de la indecencia.
Gracias por permitirme ensayar esta voz.