pero no por el pasado, sino por el presente y marco vigente de otros desaparecidos.
Claro, el discurso de Oczowinski se centra sobre estos hechos lamentables ocurridos en la Casa de la Cultura tales como "A Pablo Alter lo estamos desapareciendo…. a Karina Ovanisianz, a quien se la ignoró y degradó sistemáticamente, haciéndole perder su dignidad como empleada hasta que, cansada, después de muchos años de trabajo, decidió irse de la ciudad, viviendo hoy en un no deseado exilio. Los Marrokos como grupo fueron desparecidos, más allá de los tibios intentos para revertirles esa situación".
Han desaparecido profesores, profesionales de primer nivel y de muchos años de trabajo y trayectoria,….etc.
Y consecuente con toda reflexión también hacer referencia a cierta culpa con su Soy consciente de las muchas faltas cometidas, por mí, por otros gobiernos, cuya respuesta hubo de ser el acto electoral traducido en cambio de gobierno, y en este punto, no podemos afirmar cabalmente el voto por la presente autogestión, pero sí podemos afirmar la votación a intendente y concejales de la misma.
No es un juego de palabras considerar a la promocionada gestión como devenida autogestión pues paradoja de por medio, la democrática electoral instaló lo propio en la cosa pública geselina y eso se llama: autocracia.
Entonces, entramos de lleno al título de este sencillo artículo, los hechos señalado por Oczowinski ¿se trataron de apercibimientos por pensar distinto o por el contrario, fueron castigos por hechos de disidencia?, si tal es el planteo, entonces, ¿cuales serán los hechos de disidencia?, ¡pensar distinto!, en lugares y espacios donde no se debe pensar distinto.
Pero, cualquier lector sabe que en el juego democrático el pensar distinto hace a su espíritu, mientras, ¡sólo en sistemas totalitarios o castrenses es posible hablar de disidencia!, bueno, a partir de ahora, agréguele autocracia y fundamento de la presente autogestión de la gestión.
Y aquí dejamos de lado los hechos de La casa de la Cultura porque la comunidad entera se encuentra aludida en el fenómeno de la autogestión pero y en este punto, no se notan actitudes, planteos o discursos que incluyan la propia culpa como lo hubo de reconocer el propio Oczowinski, y eso resalta lo hecho por él.
No confundimos el mensaje y su autor pero la historia se escribe con singularidades que rompen los moldes impuestos, como de hecho hoy experimenta la generalidad geselina, revelada como sumisa o conspiradora, pues a lo expresado en el discurso, existen otros cientos de hechos más, que hubieron de circular pero desde en silencio, entre paredes, de no hacerlo público ni socializarlo para no ser señalados, marcados, penalizados o castigados, es decir, no mostrase disidente pero siéndolo y por eso, colaborar a mantener el juego de las apariencias y perpetuar los castigos de la presente autogestión
Por ello, una cosa es lo dicho y otra la actitud del decir, la actitud Oczowinsk es moral, única condición para enfrentar más allá de conveniencias personales los castigos de ser disidentes y aquí ¡cuidado!, pues la autorreflexión de Oczowinsk le exigirá de aquí en más, a luchar por el pensar distinto y enterrar de una vez y para siempre la concepción del disidente, provenga del partido, apellido y amigo, del que provenga.
Juan Oviedo