..comparar compartir o renegar con la misma intensidad y el mismo derecho. Aunque no es este el tema a considerar, resulta imposible no destacar el protagonismo que tuvo en la consolidación de este sistema el hombre de quien la semana pasada se cumpliera el primer aniversario de su muerte, el Dr. Raúl Alfonsín.
Oteando el panorama, cada día es más difícil encontrar grupos que se autodefinan como de izquierda o de derecha.
Éstos no se oyen y los otros que sí reivindican su pertenencia son absolutamente minoritarios.
La mayoría, para disimular y estar siempre en la lista de los probables, optan por calificarse de centro-izquierda o de centro-derecha.
Litros de café y de tinta se han gastado en interminables tertulias empeñadas en clarificar posiciones que, en verdad, poco sirven al objetivo común de mejorar la calidad de vida de la gente.
La confusión ayuda, sin dudas, a los que esconden detrás de un barniz pseudo progresista concepciones políticas que desnudadas del ropaje dialéctico son en verdad exactamente lo contrario de lo que dicen ser.
El comentario viene a cuento en razón de la pretensión teóricamente revolucionaria del Gobierno que nos toca.
En verdad, para ser progresista, hay que ser popular.
Si sólo se es conservador, también se habrá de ser populista.
Y esta diferencia entre popular y populista es clave para entender porqué estamos como estamos y por qué nos pasa lo que nos pasa.
El populismo conservador inexorablemente deviene autoritario.
Su sostén es el sometimiento sutil, (a veces no tanto), que usa del poder de la billetera del Estado para comprar voluntades, llenar micros y vaciar parrillas y envases.
La reacción del Gobierno de la Presidenta Fernández de Kirchner ante la posibilidad de que el Congreso sancione la coparticipación de los fondos del impuesto al cheque es la más clara demostración de lo expuesto.
Cuesta creer que lo que hace unos días fuera anunciado como la crisis terminal y el desfinanciamiento del Estado pasara a ser una fuente de recaudación cuya eliminación estaría siendo estudiada.
Y todo sin que nadie se ponga colorado.
Más allá del eterno vicio dirigencial de hacer que las cosas parezcan difíciles así pocos las entienden y entre pocos las arreglan, a nadie escapa que la eliminación de la alícuota del 1,2 % sobre los movimientos bancarios con cheques jamás habrá de beneficiar a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Porque no es imaginable que un empleado municipal que vive en el Iporá o la Noria Chica en Chascomús tenga una chequera para hacer sus compras diarias.
Y lo mismo ocurre con los sufridos habitantes de las zonas marginales del conurbano, los tobas del Chaco o los peones de la Patagonia.
Si queremos plantear la cuestión en términos teóricos de izquierda y derecha, no hay dudas que nada hay más de derecha que este anuncio, nacido sólo en la reacción adolescente que caracteriza a esta gestión.
Sucede que la realidad obliga a que todos muestren la hilacha.
Y la Presidenta y su marido, por más que quieran, jamás podrán representar a esos pobres que llenan sus discursos por la sencilla razón de que es imposible ser parte de un sector del que se está más lejos que ninguno.
Y obvio que la lejanía es infinita, por las carteras Louis Guitton, por el Rolex de oro y diamantes, por las decenas de propiedades y los millones de pesos y dólares depositados en paraísos fiscales del exterior.
Por eso también a la hora de seleccionar a los colaboradores el perfume los junta.
El Ministro de Economía, Amado Boudou, es un cuadro político formado en las filas más duras del liberalismo económico, como que actuó en el CEMA, la UPAU y la UCeD, todos organismos nacidos y alimentados intelectualmente por el Ing. Álvaro Alsogaray, el papá de María Julia y el que decía que “hay que pasar el invierno”.
Si agregamos que para escaparle a la Catedral el Tedeum del Bicentenario se hará en la Basílica de Luján por las razones expuestas por la Presidenta, verdaderamente estamos al horno.
No por el oficio religioso, que nada agrega y es apenas una debilitada tradición más, sino porque denota que en la cabeza del País están pasando cositas raras…
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