Todo, en suma, sirve para que el ánimo exaltado por el Bicentenario se prolongue ahora con el Mundial, ávidos como estamos que algún motivo nos una en el festejo, el corazón rebozante y las manos tendidas. Pero como no sólo de audiovisuales de alta gama técnica y amagues de Messi vive el hombre, no podemos desatender cosas que siguen pasando algunas de ellas pretendidamente escondidas en medio de la fiesta y detrás de la pelota.
El cambio de Canciller es una de ellas, que casi ni figuró en los diarios y mucho menos en el interés de la gente.
La austeridad intencionada de la ceremonia del juramento del nuevo Ministro también ayudó.<> Taiana se fue porque la Presidenta lo acusó de lo peor que se le puede decir a un peronista por boca de otro.
La lealtad es, según la tradición, un valor supremo en la mentalidad de los miembros del partido de Gobierno.
La Presidenta acusó al hijo de quien fuera el médico personal del General Perón de desleal, y allí terminó todo.
Poco importa que el destinatario del adjetivo se halla comido 7 años preso de la dictadura en Rawson, inconveniente del que la pareja real va invicta, al menos hasta ahora.
Es cierto que la gestión del sucesor de Bielsa al frente de las Relaciones Exteriores del País no habrá de pasar a las páginas de oro de la historia de la diplomacia Argentina, pero si ese fuera el parámetro la lista de los idos sería muy larga.
Lo cierto es que producida la vacante, rápidamente fue elegido en su reemplazo Héctor Timerman, hasta ahora Embajador en EEUU luego de ser Cónsul en New York.
La designación es una prueba más de la facilidad con que se cubren espacios con la sola exigencia de la incondicionalidad presente sin que nada importe la historia pasada.
Porque atorados como estamos con los goles, las tarjetas amarillas y las especulaciones futboleras, pocos se han detenido a informarse de los antecedentes políticos del flamante Canciller.
Alguno llegará a sorprenderse si se entera que Timerman fue candidato a Diputado Nacional en 1991 en las boletas del ARI, el Partido que lidera Elisa Carrió.
Esto no es todo.
En el mes de marzo de 1976 este mismo Héctor Timerman dirigía el diario “La Tarde”, que apareció 8 días antes de que se produjera el golpe militar que derrocó al gobierno peronista de María Estela Martínez de Perón.
En la tapa deldiario del viernes 19 de marzo aparecía un título que decía: “las Fuerzas Armadas intensifican su accionar para evitar el avance terrorista”.
Un día antes del golpe, “la Tarde” lo anunciaba y consumado el hecho, una inmensa foto de Videla, Massera y Agosti se presentaba como la junta militar para reorganizar la Nación.
A 4 columnas la primera plana del ejemplar del jueves 8 de julio del 76 decía: “Represión ajustada a derecho”, cita textual de un discurso del Ministro del Interior de la dictadura, Albano Arguindeguy en oportunidad de la visita de Videla Iguazú en la que denunció una campaña internacional de desprestigio contra la Argentina.
Para completar el cuadro, debe decirse que alguna vez el flamante Canciller designado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo que se trató de un pecado de juventud.
No dijo si rezó 3 Padres Nuestros y 3 Aves Marías, pero parece que ha sido perdonado.
¿Qué habrá sentido Taiana viendo la asunción de su reemplazante?
Es cierto que entre bueyes no hay cornadas, pero nadie puede saber cómo internalizan los bueyes situaciones como estas.
Para colmo, los temas más salientes de la política exterior de este gobierno no parecen ser los de más fácil solución.
El conflicto con Uruguay, cuyo Presidente poco tiene de distraído, la imprescindible reparación de las relaciones con China, la recuperación de la confianza de la comunidad internacional o las denuncias del ex – embajador en Venezuela respecto de las coimas y la embajada paralela, parecen ser temas que reclaman mucho más que sometimiento e incondicionalidad.
Mientras dure el Mundial, y esperemos que dure hasta el último día y nos traigamos la Copa, viviremos este clima de política part time.
Sólo resta esperar que el festejo o el dolor no se extiendan más allá de lo imprescindible, para recuperar el tiempo perdido y actuar en consecuencia.
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