para elegir Presidente, Legisladores y en nuestra Provincia Gobernador, Legisladores, Intendentes, Concejales y Consejeros Escolares.
Si usáramos el léxico ginecológico doméstico que era propio de las matronas de antes, diríamos que estamos a 9 meses del alumbramiento.
Si trasladamos este criterio al examen de la realidad social, política y económica de este tiempo, debemos decir que estamos a 9 meses del oscurecimiento.
Al contrario de lo que podría suponerse, el oficialismo parece haber consolidado un núcleo duro que se apresta a intentar un nuevo turno de la Presidenta Fernández y del actual Gobernador Scioli en la Provincia.
Si bien no es posible dar por seguro cualquier comentario que tenga por protagonistas a los actuales habitantes del Poder, nada asoma hasta hoy con la fuerza suficiente como para esperar sorpresas.
Es claro que nada puede descartarse y no es imposible que pueda haberlas.
Lo que sí puede afirmarse con mayor pretensión de certeza es que, en todo caso, el único elemento que puede destronar al kirchnerismo está, hasta hoy, dentro de él mismo.
Las contradicciones, la convivencia forzada de opiniones y métodos distintos, pueden soltar amarras y entonces sí se tornará difícil sostenerse allá arriba.
De todos modos, el pragmatismo y la vocación de poder inigualable que caracteriza al peronismo en todas sus versiones debilita cualquier especulación.
Si así no fuera, sería insostenible la posición del Gobierno Nacional reiterando que jamás habrá de judicializar la protesta social y el Gobernador de Buenos Aires diciendo que está podrido de los cortes de rutas y calles.
O el Ministro del Interior diciendo que no habrá de bajarse la edad de imputabilidad de los menores mientras que el Ministro de Justicia de la Provincia reclama exactamente lo contrario.
La Presidenta misma, que cambió los lilas, los verdes y los rosas por el negro en su elegante vestimenta, pareció inmediatamente después de la muerte de su esposo que arrancaba para el lado de la madura cordialidad con la oposición y con los sectores que dominan la economía del Mundo.
Al poco andar, sin cambiar el color del luto, recuperó su camino y volvió a sus fuentes setentistas cargadas de ideologismos y panfletos.
Todo parece indicar que las líneas centrales de la campaña reeleccionista habrán de apoyarse en un homenaje a “él”, como acostumbra la Presidenta a referirse al ex presidente muerto.
Esta forma de expresión pretende posicionar a Néstor Kirchner fuera de su dimensión humana para montar un proceso de totemización que exacerbe los sentimientos y debilite los razonamientos.
La maniobra puede ser exitosa si no aparece una alternativa seria, con base racional y capital de experiencia que pueda confrontar seriamente contra un poder político debilitado en sus ideas pero fortalecido en los recursos económicos con que cuenta el Estado para llenar bolsillos, alacenas, livings y dormitorios.
Nada hasta hoy surge con la inmensa fuerza necesaria como para despertar algún interés.
Una pasada a la ligera de lo que se ve, muestra una alarmante fragilidad que se desgasta en escaramuzas intramuros.
El Radicalismo tiene 2 candidatos que aún no han podido acordar ni siquiera la fecha de una elección interna propia de dudosa validez y hay luego un tercero que anunció no ha de participar y los esperará el 14 de agosto.
Lo que ha dado en llamarse el Peronismo Disidente muestra igual panorama, donde en lugar de 3 son 4 los competidores, pero con en mismo criterio dispersivo.
Pino Solanas y Elisa Carrió son dos expresiones unipersonales de limitado alcance.
Macri juega a la rayuela entre la Capital y el País con lo que aporta a la confusión general.
Si le sumamos a esto que los Gobernadores decidirán la fecha de las elecciones de sus Provincias en función de sus especulaciones propias, nos encontramos en una balsa en medio del mar que navega sin brújula y sin timón.
Cuando no hay ideas ni protagonistas de magnitud, puede ser adecuado recordar a alguien que las tuvo, las defendió e intentó transmitirlas.
En plena dictadura de Onganía, visitó nuestra ciudad de Chascomús don Arturo Illia.
Cuando estaba por comenzar un almuerzo a sala llena en el hoy desaparecido Hotel Alvear, irrumpió la policía.
Antes del desbande, Don Arturo alzó su copa y dijo, simplemente; “el tiempo es corto, pero el tiempo es largo”.
Nada más.
Nada menos.
Solamente lo justo para que alguien lo utilice hoy, a 276 días de la hora señalada.
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