ahora, ¿que responsabilidad le cabe a él tal éxito de la presente supertemporada?, más allá de todo o de nada, lo cierto es que tal declaración esta formulada desde la condición de su creer en lo que él es, pues, lo que dice esta mediado por su investidura de gobernador, por el cual legaliza lo real de los hechos ha través de sus declaraciones.
Tales cuestiones nos hacen recordar aquella narración mítica de la palabra divina del hágase esto o aquello ¡y hacerse!
Pero, retornando a frases de este tenor, las mismas vienen siendo dichas en Vila Gesell hace muchos años atrás, tales como la mejor temporada de la historia o la mejor en los últimos diez años, tienen la misma fuente de la investidura, pivotando en la creencia de lo que son y participando del mismo realismo mágico de fondo, que es lo que ellos creen que son.
Pero, ¡y qué son? y aquí entra usted, porque usted los posicionó cuando los votó bajo el imaginario de lo que ellos eran, ese imaginario no fue gratuito, pues, se lo hubo de construir con publicidades, propagandas potenciando sus desencantos como elector o lo que sea, y a la que usted compró, usted votó como habrá de votar a la futura creencia, siempre antecedida por la suya.
Esto significa, ¡cuidado con las creencias!, porque si bien usted los posiciona también los sufre, pero un detalle mayor, todos aquellos que no lo votaron, lo sufren peor aun, ¿y sabe cual es el sentido de fondo de esto último?, que usted es quien me condena.
Ahora, retornando nuevamente en esto de la temporada sin caer en cifras y desde la simple fenomenología, vale decir, de lo que usted ve, oye, escucha y percibe sólo en la ciudad de Villa Gesell, la supertemporada implica fines de semana con más gente, con cientos de miles de turistas apoyados en la masiva presencia de adolescentes y consumo restringido a sus necesidades más básicas, según pirámide de Maslow, y agreguemos algo, que el pueblo se ha convertido en un pueblo de sirenas y no se trata de los seres fabulosos sino de los bomberos que anuncian algún tipo de calamidad y por último, según voces de terceros que escucharon de otros, el balneario es visitado por muchos marrones, señalando su condición social y el poco consumo que realizan, y ello no significa ser turistas gasoleros.
El marrón, es un tipo de visitante en consonancia con los asentamientos que supuestamente en el pueblo se han dado, lo símil se atrae mutuamente y de aplicarse tal fórmula, la misma involucra a los actuales electores y actuales elegidos.
Retornemos, entonces, a la supertemporada y su fenomenología, ya que ellas van a depender del lugar desde dónde se lo aprecie, podrán coincidir o no, pero hay una cuestión fuera de toda duda, que aquellos que declaran lo que una temporada es, lo hacen creyendo que son y existismo de por medio, ser la palabra, ser la presencia, ser la imagen, ser la ley, ser la autoridad etc.
Desde la declarativa del creerse algo a la instancia de lo que se quiere ser desde la mención de Yourcenar, ha posicionado en la función públicas a tales pretendientes y eso los ha convertido a ser: vice, gobernador, diputado, senador, concejal, intendente, dejando de lado otras formas precedidas de ser como el ser motonauta, doctor, comerciante, contador, colaboracionista, amigo, testaferro.
Un llegar a ser sustentado en el discurso harto, pero harto apelado de ayudarlo a usted, por eso el esmero, el servicio hacia usted que representa todo lo pre lectoral, ya que usted y sus necesidades son el eje central de ellos y desde allí, postular su querer ser, así, usted los puede ver a diario en los balnearios costeros, pues, su querer ontológico es tomar el estado y construir poder pero antes, deben llegar a usted.
Donde el poder será por usted y simular la trampa burguesa que usted gobierna pero sólo por la mediación de ellos, esto significa eterna dependencia de todo el sistema político a la representación, culminado siempre en una autorepresentanción, autoreferencia, autoproclamación donde se conjugan el creer ser y el querer ser.
Sólo queda la última prerrogativa de Yourcenar, lo que fue, y ¡oh, sorpresa!, usted también tiene que ver, pues, en las próximas elecciones podrá determinar ese dejar de ser para todo la actual representación y también para aquellos que se postulan en ese devenir, no permitirles ser.
Mientras tanto, para algunos, sí se trata de una supertemporada fantástica, la del delito instalado en la costa bonaerense.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias