¿O a Moisés Ikonicoff, que luego de ocupar un encumbrado cargo en el Gobierno de Menem terminó haciendo chistes en un escenario de revista porteña dejando atrás su condición de egresado de la Universidad parisina de La Sorbona?
Años antes el chaqueño Deolindo Felipe Bittel, candidato a Vice Presidente de Ítalo Argentino Luder en las elecciones de octubre del 83 había dicho, en un gran acto de finales de campaña que “nosotros, entre la liberación o la dependencia, estamos con la dependencia”.
No incluir alguna de Menem sería casi una falta de cortesía.
Fue el ex presidente el que desarrolló la teoría de la “casualidad permanente”, que encierra en sí misma una contradicción existencial porque no puede ser casualidad lo que es permanente y viceversa.
También fue memorable aquel discurso interrumpido frente a un auditorio absorto que solo atinó a reírse cuando el presidente cambió la carpeta y siguió dando muestras que nada entendía de la una ni de la otra.
O cuando los alumnos de una escuelita rural del noroeste miraban a un hombre de elegante atuendo que les decía que en poco tiempo habrían de subirse a un cohete y llegarían a Japón en 45 minutos.
Alguien, alguna vez, dedicará su tiempo y su talento para reunir las tantas anécdotas de este tipo y hará fortuna con su publicación.
No es esta la intención de esta columna.
Las citas solo pretenden poner en contexto un aporte reciente del Ministro de Economía del actual Gobierno, que parece empeñado en figurar en el bronce de los sin sentidos.
Ya había asombrado con su declaración sobre la inflación que, según su criterio, no afecta a los pobres.
Esta semana superó la raya cuando evitó nombrar la palabra inflación y la reemplazó por la “dispersión de precios”.
Ante este fenómeno de locuacidad, el Ministro invitó a las amas de casa a recorrer las calles y los barrios buscando las ofertas.
Inmediatamente se nos vino a la memoria Lita de Lázzari, aquella enfervorizada menemista que se hizo famosa con la recomendación de “camine, señora, camine”.
Es la misma dama que sin ponerse colorada elogiaba a la dictadura y decía que los desaparecidos andaban paseando por Europa.
Los dichos suenan igual pero significan distinto.
Porque Lita de Lázzari era una señora sin ninguna autoridad real o formal.
El Ministro es eso, Ministro de Economía del Gobierno Nacional.
Uno debe creer que los dichos del Ministro no son causa de su carencia intelectual.
Porque pasó por la Universidad de Mar del Plata y algo tiene que haber aprendido.
Allí, en la Universidad, fue un activo dirigente de la U.P.A.U., (Unión para la apertura universitaria), que era la fuerza estudiantil que seguía los pasos del Ing. Álvaro Alsogaray.
Nunca ganaron una elección del Centro de Estudiantes, luego se unieron a Russak, que fue Intendente con la dictadura y luego electo por un partido vecinalista que terminó sumado al menemismo.
“Ami”, como le gusta que lo llamen sus íntimos se lucía como disk jockey en los mas paquetes centros nocturnos de Mar del Plata, intervino luego en la Empresa Venturino dedicada a la recolección de residuos hasta que la fundieron y fue funcionario en la Municipalidad del Partido de la Costa.
De liberal al principio, pasó al menemismo luego para terminar en esta versión montonera que, como en todo caso de conversión, desemboca en las exageraciones.
Tanto como para demostrar que su audacia no tiene límites, Amado Boudou se ha lanzado, de la mano de Moyano, a la pelea por la candidatura a Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos aires para las próximas elecciones.
Como puede advertirse, el personaje es una máquina de hacer “boudoudeces”.
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