o como en la década del 20 con el establecimiento de la industria pesquera al instalarse las fábricas Hardcastle y Atlántida, plantas elaboradoras de conservas de pescado.
Así, en Villa Gesell, al asociarse mar, playa y temporada, lo marino hubo de ser mirado desde tal asociación y como tal, ser paisaje de turistas y personas ajenas al lugar y tras temporada, los habitantes geselinos en su inmensa mayoría, dar las espaldas a ese mar.
Sin embargo, existe una suerte de cofradía y en posesión de una sapiencia milenaria por lo marino por el cual, días tras días, meses tras meses y años tras años, habitan, piensan y viven acerca de los frutos de ese mar, se trata de nuestros pescadores geselinos, reunidos en torno al paradigmático lugar de cita, el muelle local, y Alfa fundacional al ejercicio de la pesca artesanal en Villa Gesell.
Número de rompientes a vencer, mar con viento, cambio de temperaturas, redes sin peces, sudestada por doquier y junto a cada amanecer cotidiano, lo imponderable de lo oceánico, porque el mar tiene sus secretos y sus peligros, tales son las características presentes y que los pescadores locales deben atender y superar en su búsqueda por tales frutos.
Como cofradía vigente no hay competencia entre ellos, sino una camaradería forjada desde el peligro cotidiano y la suma de años, compartiendo una actividad casi desconocida por la gran mayoría de la población, y si de competencia se trata, lo será por el lado de los barcos pesqueros provenientes de Mar del Plata.
El pescador Pablo Raspa, junto a su marinero Cristian, y su trofeo marino, un excelente lenguado.
Cuando usted mire el transitar de un jeep con un trailer y un gomón encima de él, con redes, baldes y los clásicos cajones es porque la tarea ya está hecha, más allá que se halla pescado o no, pues, usted jamás los verá ir a trabajar porque ellos comienzan en la misma madrugada su horario de tarea.
Jornada que se inicia en el paradigmático muelle geselino reconociendo el mar, el oleaje, los vientos y compartir junto a sus compañeros de tarea, el éxito o fracaso de sacarle al mar, sus frutos preciados.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias