Acá, como tantas otras veces, el texto de la Ley es burlado hasta por quienes lo impulsaron, con lo que resulta que lo que debía ser una compulsa para elegir candidatos se transformó en una especie de encuesta para saber a la fecha cuál es el caudal con que cada sector cuenta para el 23 de octubre, fecha en la que sí habremos de elegir en serio a nuestros gobernantes.
Solo en los niveles municipales y en pocos casos en los provinvciales hay lucha interna para definir candidaturas.
En Chascomús los peronistas locales elegirán su candidato a Intendente de entre tres propuestas.
La condición de obligatoriedad hará que la comunidad se movilice, aunque es evidente que la saludable rutina democrática aquieta el fervor como que el 30 de octubre de 1983 votó el 84 % del padrón en tanto en los actos recientes lo hizo alrededor del 70%.
El lunes a la mañana nadie cambiará su estatus de candidato, con la sola excepción de aquellos que no alcancen el mínimo del 1,5 % del total de votos válidos emitidos.
Sí ha de saberse como está posicionado cada uno en la fotografía del momento, que puede cambiar en la película que termina el 23 de octubre o en la segunda vuelta de noviembre.
Como en las carreras de auto, es para los competidores una prueba de clasificación de esas que se hacen los sábados para determinar la ubicación de largada de la carrera del domingo.
Como se sabe, muchas veces gana el de atrás y el de adelante se queda en la primera vuelta.
De todos modos, la oportunidad es propicia para afinar la puntería, perfeccionar estrategias y alimentar especulaciones.
El primer dato significativo será saber cuanta es la gente conforme con este Gobierno y cuanta no.
Por supuesto que este primer cálculo es lineal y fantasioso.
Porque si, como se supone, la Presidenta gana pero la oposición sumada la supera, hay un campo abierto a infinitas operaciones de difícil pronóstico.
Esta dificultad se acrecienta ante la desaparición de escena de los Partidos Políticos que antes permitían simplificar el cuadro de posibilidades de encuentros y desencuentros.
Hoy cuesta identificar las siglas y mucho más entender algunos entendimientos entre personajes lejanos de ayer nomás y cariñosos compañeros de ruta actuales.
Cuando la lucha era de unos contra otros, todo era más fácil.
Hoy las riñas son de todos contra todos por lo que la decisión es más difícil.
La Presidenta, por ejemplo, se juega la vida pegada al nombre del Gobernador Scioli.
Pero en otra boleta va con el candidato Martín Sabatella, que ayer nomás dijo que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires es “ineficiente y conservador”.
Resulta ocioso aclarar que el Gobernador aludido es el mismo Scioli que va en la boleta con la misma Presidenta.
De todos modos, la participación en la elección es un buen ensayo general como para saber cómo y dónde estamos y, en todo caso, corregir en octubre, cuando se juegue por los puntos.
Pasado mañana votaremos por un sueño.
El 23 de octubre votaremos “en de veras”.
Este ensayo general puede ayudarnos para acertar en octubre.
SiGesellnoticias