Europa, y por añadidura toda la civilización occidental, ingería los alimentos sólidos utilizando una herramienta simple pero efectiva: los dedos.
Esto no debe interpretarse como un acto de barbarie como intentan mostrar algunas películas, ya que el europeo tenía sus reglas de etiqueta a la hora de comer.
El tenedor llegó a Europa procedente de Constantinopla, a principios del siglo XI, de la mano de Teodora, hija del emperador de Bizancio, Constantino Ducas.
Lo llevó a Venecia al contraer matrimonio con Doménico Selvo, Dux de aquella republica. Pero Teodora, para sus contemporáneos, era tachada, por esta y otras refinadas maneras orientales, como escandalosa y reprobable y hasta San Pedro Damián amonestó desde el púlpito estas extravagancias, llegando a llamarlo “instrumento diaboli” ya que era muy difícil comer espagueti, macarrones o tallarines con semejante instrumento.
Los “tenedoristas” intentaron, sin éxito, varios saltos para penetrar este instrumento en Francia. En la Edad Media, Catalina de Bulgaria, quiso hacerlo popular en la corte, pero los franceses la tomaron como cursi y licenciosa.
Más tarde fue Carlos V de Francia, que lo conoció en Venecia, quien intentara popularizar su uso; pero esta vez el fracaso tuvo motivos puramente sexuales, bien conocidas eran las aficiones de este rey, los mignons, tan inseparables del rey, tenían fama de homosexuales, como el mismo rey; y el tenedor volvió a perder la batalla al ser considerado como objeto caprichoso propio de personas un tanto equívocas. Ideas de la época que no comparto para nada.
La realidad, es que el rechazo que tuvo el tenedor durante siglos, obedecía más a una inhabilidad de los comensales que a una posible falta de utilidad...
Ya en el siglo XVII su uso estaba generalizado en Italia, y en el XIX lo hace en España, siendo Barcelona la que creó la primera industria en la fabricación de estos, en la actualidad, indispensables utensilios.
Bueno amigos, espero les haya gustado la historia, nos encontramos la semana que viene con alguna otra curiosidad del mundo de la gastronomía.
Hasta entonces!
LILIANA GAREGNANI
Analista en Servicios Gastronómicos
SiGesellnoticias