busca de razones y sinrazones que embarazan el cuerpo de la actualidad.
Hay flores que han elegido el noveno mes del año para actuar contranatura.
En el momento de la explosión del color prefirieron marchitarse y mostrar al desnudo todas sus debilidades.
Son ellas las que conforman los cuadros de la oposición que se apresta a competir con el Gobierno el próximo 23 de octubre.
Alfonsín, Duhalde, Rodríguez Saa, Carrió, de Narváez y el resto son tristes expresiones de los harapos de partidos políticos que están fuera del interés y mucho más de la preferencia de la ciudadanía.
La lista podría ampliarse, con el comentario de que Binner, por su reciente ingreso, puede ser tenido en cuenta con miras al futuro.
También se puede agregar, en sentido contrario, Felipe Solá, devenido “no opositor” luego de guardar un largo silencio calculadora en mano.
Es cierto que ninguno de ellos puede ser culpado personalmente de haber roto algo.
Los partidos políticos argentinos fueron rotos por la inacción conjunta, “todos a una”, como en una Fuenteovejuna criolla.
Los episodios que jalonan la caída pueden ser infinitos.
El pacto Rodríguez Saa – de Narváez en la Provincia de Buenos Aires es un buen botón.
Las explicaciones de Alfonsín aceptándolo con el argumento de que es un buen apoyo a “nuestro candidato” suenan mal y huelen peor.
Duhalde y el mismo Alfonsín hablando de una eventual doble vuelta es directamente un atentado a la inteligencia.
Solo podrían dar una segunda vuelta si sacan la sortija en alguna calesita de barrio.
Lo cierto es que estamos asistiendo al final del sistema bipartidario que dominó en la Argentina desde hace décadas.
Cada vez que una tercera fuerza intentó aparecer, se la comió el aparato del PJ y la UCR. Así le pasó al PI de Alende, a la UCeDe de Alsogaray, al FREPASO de Chacho Álvarez y Bordón, al RECREAR de López Murphy y al ARI de Carrió.
El intento del Frente Amplio Progresista deberá mostrar sus calidades.
Hoy por hoy no hay segundo, sino un pelotón que pelea entre la promoción y el descenso directo.
La dinámica de la democracia abre y cierra puertas constantemente.
Corresponde entonces restar certeza a esa muletilla que pretende imponer el criterio de que el pueblo nunca se equivoca y reemplazarla por otra más seria que nos señala que hay que aceptar y defender las decisiones populares más allá de gustos o simpatías.
Este principio inclaudicable está metido en nosotros para siempre desde 1983.
Hay luces, pese a todo, que iluminan la esperanza.
Las urnas que anticiparon la preferencia chascomunense por un candidato a Intendente confiable, experimentado y serio ya lo dijeron.
Esta semana la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP impidió la realización de un acto proselitista con la presencia del Ministro de Economía y candidato a Vicepresidente de la Nación, el UCeDekirchnerista Amado Boudou, por la sencilla razón de que una Facultad pública es un centro de altos estudios y no una casa del pueblo, un comité o una unidad básica.
Pueden parecer cuestiones menores frente a la parafernalia oficialista.
Son, en todo caso, puñados de arena.
Lo que posiblemente no conozcan son los versos de Yupanqui que dicen que “la arena es un puñadito, pero hay montañas de arena”.
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