Estupidez

Por el cual, ya no tratemos con hechos aislados de estupidez y algo cometido por la mayoría de las personas, sino con alguien que directamente es estúpido.

Y momento de preguntarnos, ¿es inimputable la persona estúpida?, vale decir, ¿se la debe soportar, aceptar, se deben justificar sus actos desde esa condición de ser estúpido?, es decir, ¿hacer de la estupidez una presencia involuntaria en él y por el cual debe cargar y sufrir? Pero no, porque toda enfermedad implica sufrimiento, vale decir, el enfermo se da cuenta de ella, por el contrario, el estúpido no sufre por su estupidez, de allí que la pobrecita o el pobrecito suele ser justificado como tal por el grado de su propia inconciencia.

Y desde tal óptica, aquellos terceros que conozcan a la pobrecita/to los consideren bajo cierta situación terminal y a la que no podrán mejorar, por ello, cuando se presenta el estúpido y emergen esas situaciones proclives de estupidez que sólo él provoca, como ser comentarios desubicados, preguntas candorosa o afirmaciones livianas, como asepsia a tales cosas los no estúpidos piensen: claro, lo dice fulana o fulano.

Eso implica no tomar seriamente su presencia, lo que ellos puedan hacer o sus acotaciones cotidianas porque por lo general, los estúpidos, ante la típica rigidez que los caracteriza redunde en una forma de pensar cerrada, como bueno-malo, del tipo maniqueo, dejando de lado la instancia plástica de la persona inteligente, de allí esa condescendencia de los terceros para con ellos, como también hallarnos con personas muy atentas quizás demasiadas susceptibles a algún comentario que atente a su persona por esa cuestión extraña que portan los terceros hacia ellos.

Y ello es así, porque la larga experiencia que van incorporando desde su cotidiano relacionarse, esos terceros poco a poco fueron tomando distancia, teniendo actitudes condescendientes, con miradas tolerantes y displicentes, ante la tarea ardua e inútil de tomar seriamente los dichos de todo estúpido.

Por el contrario, si no se los justifica, entonces, se deberá lidiar con ellos, y ese será un problema mayor porque por lo general, los estúpidos, tienen grandes dificultades para razonar, pues ellos viven de una frustrada inteligencia y tal frustración, se ha ido acomodándose provocándole el déficit del entendimiento, por el cual la primera expresión de tal déficit sea el negar la posibilidad de su propia estupidez.

Si no se justifica la estupidez, es que usted lo ha desprovisto de la inimputabilidad que la gente conocedora del estúpido le dispensa y sin embargo, si por ventura decide lidiar con él, deberá controlar sus emociones, pues usted no podrá caer en la irascibilidad, ni ser sacado en su racionalidad, ni dejarse llevar por la cólera, expresiones corriente que despiertan los estúpidos en aquellos que los tratan - de allí el sufrirlos-, por el contrario, deberá ser cauto y más racional que nunca para explicarles lo que ellos no entienden ni están dispuestos a entender, ante el hecho de haber tomado posición al especto.

¿Hay ingenuidad en el estúpido?, claro que si, puesto que al no ser concientes de lo que causan y provocan, conlleva un grado de desubicación y son por demás impertinentes, como también altamente utilizables ante esa confusión típica que implica su falta de entendimiento.

Y para terminar este artículo, usted deberá estar atento a una serie de indicadores que a continuación le sugerimos para no ser presa de todo estúpido:…..aunque, lo mejor será que usted sea quien lo piense amable lector.

Juan Oviedo

SiGesellnoticias

Tweet