La producción promedio de manzanas en el mundo es de unos 40 millones de toneladas anuales, provenientes, principalmente de la ex Unión Soviética, China, Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Irak, Japón y Argentina.
Existen unas 7.500 variedades de manzanas, entre las que se adaptan:
La red delicious o deliciosa, una de las más comunes, jugosa, crocante y muy dulce.
La Rome, ideal para hornear, después de su cocción mantiene su forma esférica
La golden delicious de color amarillo adecuada para cocinar y comer cruda.
La granny Smith, conocida como manzana verde, exquisita en ensaladas y tartas dulces
Las manzanas pueden ser conservadas una forma de jalea, mermelada o puré. Se las utiliza para la producción de sidra y jugos y para preparar una amplia variedad de postres, entre ellos el clásico strudel austríaco y el Apple pie o pastel de manzana inglés.
Dentro de su composición la manzana contiene pequeñas cantidades de vitaminas y minerales, fibra soluble que disminuye los niveles de azúcar y de colesterol en sangre y fibra insoluble que mejora en tránsito intestinal.
Para aprovecharla al máximo es conveniente consumirla cruda y con cascara. Por cada 100 gramos de manzana el organismo recibe 60 calorías, 15grs de hidratos de carbono, 0,3grs de proteínas, 0,3grs de grasas y 0,9grs de fibra.
Se deben conservar en la heladera, en la parte baja y retirar las magulladas para evitar que contaminen a las demás. La manzana golpeada se deteriora fácilmente, porque, al ser su cáscara tan fina, se rompe con facilidad y deja la superficie expuesta a alteraciones bacteriológicas.
Las manzanas peladas que no se consumen en forma inmediata forman una coloración marrón, producto de la oxidación al ponerse en contacto con el aire. Para evitarlo se recomienda rociarlas con jugo de limón.
MANZANAS AL VINO BLANCO
Ingredientes:
4 manzanas golden
1 vaso de vino blanco
1 chaucha de vainilla
1 cucharadita de macís
4 clavos de olor
1 cucharada de azúcar
Jugo de un limón
1 cucharadita de gelatina sin sabor
1 cucharada de agua
Pelar las manzanas y rociarlas con el jugo de limón.
Colocar en una cacerola en vino blanco, la vainilla, el clavo de olor, el macís y el azúcar; llevar a fuego suave hasta que rompa el hervor, agregar las manzanas, tapar y cocinar hasta tiernizar, rociando de tanto en tanto con el fondo de cocción.
Servir frías o calientes, bañadas en su jugo, colado y espesado con una cucharadita de gelatina sin sabor disuelta en agua fría.
También se pueden acompañar con una bocha de helado de crema americana o bien crema chantilli.
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