Lo curioso es que precisamente ese desembolso, tan inquietante de momento, proporciona a la larga los ahorros más beneficiosos. Así que bien mecerse la pena sentarse a pensar y, bien provistos de papel y lápiz, sacar de aquí y de allá todo lo que ese pueda para llenar la despensa de las provisiones necesaria.
Planifica, que algo queda, dicen los sabios. Antes de comprar en cantidad se debe tener en cuenta donde se va a guardar la compra. Lo ideal es contar con una despensa bien ventilada, dentro de la cocina o junto a ella. Imprescindible un sitio fresco y seco, que pueda mantener la temperatura constante. Expuestas a la humedad las latas pueden oxidarse, con alarmantes consecuencias. También hay que proteger el azúcar y los cereales de visitantes tan molestos como ratones e insectos.
Se puede visitar un buen supermercado y comprar todo lo necesario de una vez, pero esto significa un gasto considerable. Una excursión de este tipo, que solo se emprende en pocas ocasiones, ayuda, ciertamente a ahorrar combustible. Sin embargo a la hora de hacer cuentas, hay que tener presente el costo del viaje para ver si realmente se ahorra algo.
Un método de compra al por mayor, menos gravoso para el bolsillo, consiste en adquirir los productos cuando están en oferta especial. Esto implica estar siempre alerta, pero así es como se consiguen las verdaderas gangas.
Las rebajas y las ofertas son, por lo general, “un campeón de pérdidas”, es decir, no producen grandes ganancias al vendedor, pero él los utiliza para incitar a los clientes a entrar a su negocio, dentro del cual aspira a hacer otras ventas más productivas. Si se puede resistir la tentación y comprar solamente las ofertas, se organizará poco a poco una buena despensa.
Se debe tener cuidado con las cantidades. Antes de comprar conviene hacer una lista de las cosas realmente necesarias, y, al mismo tiempo anotar su duración. También hay que tener en cuenta la variedad de los alimentos, por mucho que nos gusten las lentejas, podemos llegar a odiarlas si las comemos con demasiada frecuencia.
En las ventas al por mayor, no suele ser fácil adquirir media caja de un producto, por lo tanto puede ser útil programar el viaje con otra persona, para compartir la compra y de este modo dividir el ahorro de los precios reducidos.
Al comprar al por mayor se plantean dos problemas serio. El primero es que se tiende a comprar más de lo que se necesita realmente. Una vez establecida la lista de compras es necesario ajustar se a ella. En segundo lugar, si se tiene la seguridad de contar con una gran cantidad de productos almacenados, es fácil despilfarrarlos. Esto se controla utilizando un buen método de almacenamiento, donde los productos de uso cotidiano están al alcance de quien cocina y el resto en una despensa auxiliar o aparte para reponer los que se van utilizando.
Recordemos que en una buena despensa no deben faltar los alimentos imprescindibles: azúcar, conservas, arroz, etc. En cuanto a los alientos perecederos como carne, pescados, huevos, verduras, etc., su adquisición dependerá del tamaño del frizzer. En próximas columnas detallaré el tiempo de conservación de los alimentos y las mejores técnicas de congelación.
En cuanto a las bebidas, no hay tanto problema. Tanto el vino como las cervezas y licores ofrecen pocos problemas a la hora de conservarlos. El único inconveniente es encontrar el lugar adecuado. Excepto los vinos que piden una temperatura constante, el resto puede ir en cualquier lugar.
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