No ha sido este el caso, afortunadamente, porque la Señora reinició sus actividades oficiales rápidamente.
La República que ella preside sufrió también el mismo día una lipotimia institucional que tuvo su escenario en el recinto de la Cámara de Diputados de la Nación.
En un trámite exprés que tomó forma de sesión especial para no cumplir con los plazos que fija el funcionamiento del cuerpo, fue aprobado sin modificaciones el despacho del Senado que declara de interés público la Empresa Ciccone con lo que está habilitada su expropiación y estatización.
El apuro oficial obedece al intento de desplazar la mirada del torrente de irregularidades que salpican indubitablemente al Vicepresidente de la República, Amado Boudou.
El debate sólo alcanza para reiterar que a estos tipos no le entran ni las balas.
Aunque es una tentación destacar algunas exposiciones opositoras, por lo potente y correctas, y otras oficialistas, por lo burdas y tragicómicas, es mejor analizar el hecho político producido para intentar esbozar algunas líneas de acción que efectivamente sirvan para poner freno a tanto descalabro.
Una lectura política de los números de la votación puede ser útil para planificar pasos futuros que imaginen aciertos y no repitan errores.
El oficialismo logró 145 votos a favor, entre los que se encuentran los propios más los que también son propios pero se hacen los rebeldes para salir en los diarios, (Solá, Pino Solanas y los suyos, los del verborrágico cordobés Luis Juez) entre otros.
Están también los que a la hora de las papas no sacan los pies del plato por las dudas, como el Moyano Chico y el bloqueador de medios de prensa, Plaini que a la hora de votar salieron a hacer pis.
La Diputada Rucci se olvidó por un rato de los ejecutores de su padre y se retiró en el momento de votar a comer una galletita Traviata.
Hubo 10 radicales que faltaron y casi 20 más de otros bloques que hicieron lo mismo.
Para que la lipotimia no termine con la República, cada bloque debería identificar a sus miembros ausentes junto con la razón de su ausencia.
Los acalorados discursos en las bancas sirven para los pocos que se interesan por la cosa pública y para engordar algún ego bipolar.
¿Por qué no hacer una campaña casa por casa como cuando se tiran las boletas para alguna eleccioncita interna diciendo cosas fuertes con texto corto y letra grande que atraigan el interés de la gente?
¿Por qué no salir todos los opositores juntos unificando su mensaje diciendo que el objetivo central de la elección legislativa de medio término en octubre del año que viene tiene que ser llenar el Congreso con diputados que eviten la reforma constitucional con reelección incluida?
Si no lo hacen, la lipotimia se apoderará de la República y todo será entonces más cruel y más difícil.
El todo por el que van, por propia capacidad autodestructiva, se reducirá a nada.
Es necesario que se alisten los que piensen en serio cómo evitarlo para iniciar la reparación.
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