En primer lugar hay que realizar una limpieza a fondo de todas las plantas, independientemente de si se encuentran en un jardín, a ras de suelo o en la terraza de la casa. Así, habrá que retirar las plantas que no hayan sobrevivido al frío y a las heladas invernales arrancándolas, siempre con cuidado, completamente, si éstas están tan afectadas que no hay forma de que puedan brotar de nuevo, o realizando una poda de las partes debilitadas.
Las podas también hay que realizarlas para aquellas plantas resistentes, como los rosales y otros arbustos, y es hacia el final del invierno cuando es mejor hacerlas. De esta forma, con la llegada de los primeros calores primaverales, tomarán más fuerza los brotes primero y después las flores.
Los suelos deben de airearse cavando y removiendo con precaución el terreno para no dañar las flores y plantas que ya estén en el sustrato, para no perjudicar a lo que ya está plantado, no se realizará la aireación de este sustrato si están los suelos helados o el terreno húmedo.
Tambien hay que añadirir abonos para que las plantas tengan acceso a una mayor cantidad de nutrientes. Esta acción, esencial en el cuidado de un jardín, se hará cada dos semanas aproximadamente con lo que se conseguirá que las plantas tengan buena salud.
Las llamadas malas hierbas tienen que retirarse, ya que perjudican el crecimiento de las flores que interesan para lucir el jardín. Ya sea en las jardineras de la terraza o en el jardín de la casa, las hierbas que no se hayan plantado se quitarán para que lo que sí ha sido sembrado crezca sano y vigoroso.
Estas tareas y cuidados en el jardin, no son dificiles de hacer y pueden convertirse en un entretenido pasatiempo, para pasar un rato en familia o con uno mismo, ahora que tambien, el tiempo acompaña a realizar actividades al aire libre.
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