Un enojo “real”

Luego de señalar peripecias sufridas durante su reinado – incluyendo lugares adonde evidencia que no la quisieron llevar o llevaron a otra persona por ella – cuenta que su familia se hizo cargo de los gastos de alfajores de la ciudad para regalar ”porque en Turismo no había nada”, señala.

Priscila también descarga contra la organización de la fiesta, y hace referencia a los malos comentarios de la organización hechos por las propias visitantes. Incluso narra un episodio vivido en el Complejo Pueblo Límite, en donde evidencia una falta de preocupación por parte del Municipio en la atención de las reinas invitadas.

Los Kletzel: un reclamo

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