La carta aparecida en un matutino el 13 del 1 del 2013 escrita por la señora Elena Alfaro cargará contra los organismos de derechos humanos y la mixturación con el poder político en especial.
Pues, el hecho de las violaciones y las torturas sufridas en El Vesuvio, la historia soportada por ella y otras tantas como ella, si o si hubieron de ser confiscadas y usurpadas en beneficio de terceras donde se enrolan las Bonafini, Carlotto, Boitano, Almeida y por supuesto, tal narración puesta al servicio del oportunismo gubernamental, tal ser la denuncia de la señora Alfaro.
Una carta opositora al éxito de la actual gestión o por el contrario, una denuncia a los oportunistas que buscan posicionarse como meros ciudadanos y autoridades elegidas, quizás las dos interpretaciones pueden tener su cuota de veracidad, pero una cosa es segura, la apropiación virtuosa por ser víctima, si llegare a tener éxito, inmediatamente implique cambio de condición: de víctima a victimario pues desde su nueva posición se pergeñen los discursos, actos, fechas, apoyados por el oficialismo reinante y políticamente utilizarlo, ya que ¿cómo se puede estar en contra de tales hechos, tales afrentas de lesa humanidad?, hablamos entonces de un apropiarse de los DDHH
Sin embargo, apropiarse de ellos es darle un uso y en ese uso, debe incurrir la lectura pertinente porque los DDHH no son medios sino fines, por el cual hablar de ellos, acerca de ellos suele posicionar al orador como lo importante y así, tergiversarlos, estamos ante la ordinaria utilización al cual nos hemos acostumbrados. Así, el orador los utiliza, el gobierno los usa, el político los maneja, la pancarta los menciona, los músicos los musicalizan, el circo por los DDHH en su esplendor se halla, pero es mera cosmética si no están en las calles, si hay tortura policial, si hay represión, si se combate el pensar distinto, si hay hambre, miseria, pauperización, si hay mentira oficial con números, porcentajes y mediciones varias.
Por ello es de suma importancia la desconfianza y la sospecha hacia aquellos que los usan y así, los despojan de sus fines protectores y pasen a ser utilizados como medios personales, por el cual la controversia acerca de quien posee la verdad entre la política oficial de los DDHH y la denuncia hecha por la señora Alfano, quede en segundo orden para instalar el uso que de ellos se hacen, desde los usos particularizados y fraccionados atentando contra su universalidad y crear la paradoja de anularlos porque tales usos vulneran el devenir de la condición humana y a cuya creación, fueron fundados.
La desocupación, la indigencia, la brutalidad policíaca, el representante que se olvida del representado, la oposición entre la ley y la justicia, las impunidades institucionales, la militancia en contra de las bases, a no pensar una realidad que no obedezca a una agenda de gobierno, eso y mucho más, implica el no ejercicio de los DDHH, entonces, ¿que ser humano habrá de crecer cuando tiene hambre, tiene planes, delinque solo e institucionalizado, es puntero y el gobierno siempre pertenezca a los doctores?......
Entonces….¿de que DDHH tratamos? Juan Oviedo
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