Curiosamente pero al revés sucede por la palabra “trabajo” en boca de funcionarios locales cuando se refieren a la autogestión presente, ellos afirman “estamos trabajando” y lo expresan en muchas oportunidades, el dilema es si ese apelar continuo lo es por falta de competencia lingüística o por una necesidad efectiva de martillear las mentes para posicionar la idea de que se está trabajando porque en el fondo, nadie ve o nota lo que se esta haciendo. El sentido de la publicidad es eso, posicionar algo que no existe.
Como también resulta curioso y de idéntica condición a la palabra del latiguillo “trabajo”, la palabra “nos estamos reuniendo”, “nos estamos juntando”, dando a entender que tales acciones formen parte de una agenda pero sin dar pistas de quienes, donde, con quienes o cuando se reúnen, porque no hay ningún rastro físico o institucional donde se pueda constatar el o los lugares de esas reuniones entre funcionarios del municipio.
Ahora, ¿es parte del “trabajo” el reunirse o de tales reuniones surgirán los pasos a seguir para plasmarse en trabajo?
“Hay que trabajar duro, estamos trabajando, nos estamos reuniendo etc.”, nos remite a una situación de tareas, de hechos, de actividad y de construcción cuyo resultado implique un beneficio comunal pero cuando ese beneficio no es claro, no se refleja, cuando se usa a lo comunal en el beneficio propio y hoy día mas que nunca es electoral, entonces, el “estamos trabajando” será utilizado fervientemente.
Tal palabra en el fondo implica un estar “tenido entre”, la del estar entretenido y una forma de escapar a la inercia que significa una realidad del no hacer nada constructivo y que perdure como acción destinada al sentido común geselino. Aristóteles lo definió bien, lo que hay de general en las cosas ese es el rasgo presente del sentido común, vale decir, los sujetos que participen en la construcción de ese sentido común, tienen que tener la capacidad intelectual y de entendimiento para llegar al mismo, rescatar el universal existente en la particularidad y eso es el sentido común a todos, y que no se trata de lo estupido partidario y pseudopartidario que tanto existe y pulula en el pueblo y gusta representar a ese sentido común en su nombre.
Por el cual el “estamos trabajando” nos dice que en el fondo no se trabaja nada, todo queda sujeto a lo inercial, al momento, a lo cosmético, a lo efímero, a la mera contingencia que termina devorando a las particularidades insertadas en las formas de gobiernos, administraciones y autogestiones electas, con un pueblo tan afecto a festejarlas como también, después desterrarlas.
Recuerde, el verdadero sentido del trabajo es lo que persiste, es lo que queda, es lo que se ve, es lo que se palpa, es lo que perdura mas allá de las figuritas de turno destinadas al olvido y a su infatuación del momento.
Estamos trabajando, nos estamos reuniendo, estamos trabajando………
Juan Oviedo
SiGesellnoticias