Pero si las comisiones que cobran los bancos se consideran altas, y efectivamente lo son, todo sería mucho más simple y beneficioso para los consumidores, si el Poder Ejecutivo Nacional enviara al Congreso un proyecto modificando las leyes Nº 25.065, y 26.010, que regulan el funcionamiento y las comisiones que cobran los bancos a los supermercados y comercios.
De esa manera, todas las tarjetas que hoy operan en el mercado podrían continuar operando sin necesidad de tener que imprimir la nueva tarjeta denominada SUPERCARD y distribuirla luego entre los consumidores de todo el país. Las comisiones que pagan los supermercados y negocios a las bancos de hasta un 3% en las tarjetas de crédito, y de hasta 1,5% en las de débito surgen de la ley de tarjetas vigente. Modificando tan sólo el artículo 15, de la ley Nº 26.010, se bajarían las comisiones en las tarjetas de crédito al 1%, y en las de débito al 0,50%. De manera simple se resolvería el problema; de lo contrario, todo el sistema se complicará innecesariamente.
Además, si el Banco Central hiciera cumplir las leyes de tarjetas de crédito vigentes, los bancos no podrían continuar cobrando las tasas usurarias que llegan en muchos casos al 65% anual “Costo Financiero Total (CFT)”.
Por otra parte, resulta inentendible que por un lado el gobierno señale que la inflación del año 2012 fue del 10,5% anual, y por otro lado, considera “revolucionaria”, la tasa de interés del 22% para las compras financiadas con tarjetas. Si las cifras del INDEC fueran ciertas, las tasas de interés del 22% entonces serían usurarias.
Pero además, en realidad los bancos tampoco les cobran el 3% a las grandes cadenas de supermercados. Porque luego les reintegran el 2%, por la publicidad que estos hacen a los bancos. Las comisiones que realmente les cobran son del 1%.
Los que sí pagan el 3% son los supermercados chinos, los comercios minoristas, zapaterías, librerías, restaurantes, heladerías, etc.
Si el gobierno nacional realmente quiere quitar rentabilidad a los bancos, debería comenzar por aprobar de una buena vez, una ley que modifique la ley de entidades financieras de la época de la dictadura militar, que produjo la más brutal concentración, desnacionalización, y extranjerización del sistema bancario de nuestro país.
Y, debería continuar por modificar las absurdas circulares del Banco Central, que desnaturalizan los propósitos solidarios establecidos en la ley Nº 25.782/03, de mi autoría, que permite la recreación de las cajas de crédito cooperativas que con tanto éxito funcionaron en el pasado.
Por Héctor Polino
Fundador y Representante Legal de Consumidores Libres
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