Pero no todo esté estructurado para mirar y pasear sino también es posible complacerse con propuestas gastronómicas, tal como el que provee ese cálido espacio gourmet para aquellos que estén acostumbrados a disfrutar comida internacional, como también negocios donde se venden productos típicos como chipa, mbeyú, reviro y variadas bebidas con frutos de la zona.
En el lugar donde se halla emplazada la cruz, se puede acceder a un anfiteatro natural como también a un mirador fotográfico, un salón de eventos especiales, un Mariposario como un Orquidario, aspectos donde se conjugan tanto lo arquitectónico con lo natural y potenciar el atractivo viviendo la experiencia del estar y disfrutar un espacio puro de naturaleza incontaminada.
Se puede acceder caminando u optar por un medio de transporte que ofrece el Parque, la cantidad de metros desde el sector inferior hasta el nivel superior de la Cruz son aproximadamente de 1.300 metros, con un mirador panorámico casi a la mitad del trayecto y lugar de descanso para aquellos que han decidió realizar el recorrido en forma pedestre.
Llama la atención la construcción de un oratorio y futuro lugar de encuentros religioso que señala la rica historia de Misiones, pues la religiosidad forme parte de la cultura misionera desde aquellos contactos entre los pueblos originarios y los Jesuitas que llegaban de Europa y originaron del nombre de la propia Provincia, propiciando una alternativa más en el circuito turístico con el denominado Turismo Religioso.
Porque no debemos olvidar que en Misiones si conviven una pluralidad de creencias en lo religioso, lo es como consecuencia de las importantes corrientes migratorias que arribaron en la Argentina en diversas épocas y que habría de redundar en el surgimiento de una multiplicidad de fiestas religiosas y devociones populares en todo el territorio.
Sin embargo, no todo es rosa pues hubo denuncias públicas por el desplazamiento de asentamientos de mbya guaraníes para la ejecución de la obra. Las críticas apuntaron a que la obra religiosa era innecesaria ante las carencias de un hospital público en Santa Ana, cloacas, agua potable y pobreza de la zona, así como también por sospechas de presunto enriquecimiento ilícito de funcionarios.
Una vez más surge la oposición entre representantes y representados, lo que por principio hace posible la democracia, la representación, quede bajo la tutela de los representantes (aquellos a quienes votamos porque a la vez son ellos los que determinan las utilidades como las urgencias a resolver) y no de los representados, los que votamos, que es la gente, pero no solo de Santa Ana, sino en todo el mundo donde se aplique ese sistema.
Así, un nuevo eje se abre, un nuevo tema emerge, un nuevo dilema a tematizar, la validez para el pueblo, para la gente, para el vecino esto de la representación, porque él no decide, no puede actuar, no resuelve, y sólo como inquietud ya situados en Villa Gesell, cuando usted vea, lea o escuche acerca de las obras que se realizan en el pueblo, los hechos favorables de la presente gestión, la agenda confeccionada para aplicar a la sociedad del pueblo, pregúntese usted en ¡que ha sido beneficiado! Y si no puede responderse afirmativamente, entonces, sospeche que todo lo que hace la gestión es para su propia autogestión, y el derecho a la sospecha de asistir al beneficio de los elegidos y no de los que eligieron, será justo y pertinente.
Tematizar pero no en los Parques sino en y desde la realidad es una oportunidad para procurar conciencia acerca de hechos que se repiten y se reiteran, pues la usurpación, la prepotencia, la barbarie de las mayorías, han sido temas tratados en las escuelas como democracia, civismo y representación, instituciones aliadas de la trampa burguesa con sus cómplices de siempre y sus víctimas también, sus guardapolvos blancos.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias