Y si se la relaciona con la palabra vocación, ésta deriva de la latina “vocatio”, que significa "llamado", entonces, vocación para hacer, para pensar, para dialogar y escribir, vocación por la naturaleza, la sensibilidad, la amistad y los asados: hablamos de Jorge Paz junto a su curioso seudónimo, “el tractor amarillo”.
Sé que a veces, y no para muchos pero si en algunos, “él hace falta”, entonces, el “vocare” se hace intenso y el llamado también, pues cierta mezquindad se ha instalado en el pueblo que no permite el pensar, ni tener sensibilidad para el diálogo, ni siquiera para con un otro si ese pensar, diálogo y otro, no otorgan beneficios materiales concretos, vínculos instrumentales y relaciones funcionales.
Él supo molestar a muchos y responder a la pregunta por su militancia humanitaria de la siguiente forma
“Mira, cuando nosotros nos movilizamos por el tema de la defensa de la playa y el impacto erosivo de los balnearios, éramos los talibanes, los vecinos indeseables, los extremistas.
Ahora están todos que había que hacer el estudio de impacto ambiental mientras tanto nosotros nos bancamos el delirio corporativo”.
María Rosa Pereyra lo recuerda así:
La vida y la muerte se suceden en un momento, existencia, permanencia, despedida…en un instante un último suspiro, no sabemos nada más…él ya no está presente, pero en la ausencia lo recordamos…solo nos queda la memoria…
Quiero contar esta historia, que resume como descubrí a Jorge Paz, al tractor amarillo, al ambientalista, que salió al mediodía buscando alimento para sus perros y no volvió más.
A menudo comentaba con gran preocupación, la cantidad de personas que morían en accidentes de tránsito, entre todas las charlas que teníamos mientras estudiábamos comunicación social en el Instituto, sin saber, que su destino tendría el mismo final.
Solíamos tener reuniones con nuestros compañeros, o nuestros cumpas, como decía él. Recuerdo un día en especial, en una sobremesa y nuestras charlas se profundizaban.
Ese día, algunos expresaban su idea de abandonar el estudio, y otros expresaban sus desdichas. Jorge escuchó a todos sin decir palabra, y cuando todos terminaron se hizo un silencio y simplemente dijo:- Yo los veo todos los días pero nunca pensé que les pudieran pasar tantas cosas.-Como quien se reprocha no haberse dado cuenta. Y como era su costumbre y parte de su naturaleza, ofreció su ayuda, como parte de lo que era, una persona solidaria.
Lo recuerdo y veo su cara de alegría el día que se hizo la muestra del Instituto en la Casa de la Cultura. José Luis González nuestro profesor nos confío la muestra de radio, que se llamó El Turaco, inspirado en tu cuento de aquel pájaro azul que se quedo solo, un cartel que pintó nuestro amigo Claudio y aún conservo.
Los dos jugamos a ser profesionales, y lo digo de ese modo porque nos divertimos mucho, y todo salió bien, pero las miradas estaban puestas en vos, porque estuviste brillante y paraste de hablar en el momento justo, como no era tu costumbre…y fue un día de mucha emoción, y ese mismo día Juan Oviedo presentaba su libro en otra sala, y nos estábamos perdiendo ese momento. Pero él acepto que le hiciéramos una entrevista, y después todo terminó con música.
No podría definir si éramos amigos, pero puedo decir que éramos compañeros de estudio y que en un momento de nuestras vidas tuvimos una conexión inexplicable, y que estuve cerca en tu último viaje, que supe que no volverías, y que el destino me puso frente a la muerte una vez más.
Mientras conversaba con un amigo, un día te nombre y le conté de vos, pero no me dejó terminar de hablar, se toco la campera, y me dijo:- Esta campera que tengo puesta era de Jorge.-cuando se fue la olvidó en el respaldo de la silla…
Mientras estabas en el hospital, el día del accidente, recordé lo que me habías escrito para el día del amigo, unos pocos días antes de tu viaje definitivo. Era una contestación a mi saludo, y después del saludo seguiste escribiendo, tal vez sin saberlo te despedías…y quiero compartirlo, porque mientras siga teniendo memoria te recordaré.
Gracias con el virtualismo.com, soy cultor a ultranza del entrechocar de los esqueletos y los días de lluvia es cuando más mejor se adhieren en el abrazo interminable y epidémico.
Que es una amiga o amigo
Aquel que nos quita la sed?
Aquel que nos ofrece agua en el camino?
Un amigo y una amiga es la mano abierta
y el corazón que nos piensa
y que yo tanto quiero.
Un beso virtual
Jorge Paz
Cuando yo agonice, que este cerca, muy cerca una copa de vino y una mujer bonita… que una canción de amor y justicia se pierda entre el silbido de los juncos y el susurro de los pájaros.
Así despacio, sin odios ni rencores, me quiero ir a jugar con ese niño que fui y que me espera.
Antes conversare fugazmente con la Sra. Muerte a la que mucho respeto, para irme sin dolores, porque no?
¡Salve Jorge y que los dioses sean contigo!.....
Juan Oviedo
* NdR: Jorge Paz fallecio el 6 de diciembre de 2009, atropellado por una moto
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