La nota está fechada el 9 de enero, cuando aun Priscila se debatía por su vida.
La misiva señala “Querido Padre Eduardo: ante la triste noticia de la grave desgracia ocurrida en tu jurisdicción parroquial, de la que fueron víctimas numerosas personas, te hago llegar este mensaje de solidaridad en el dolor junto con mi oración por las personas afectadas y por sus familiares.
En el momento en que redacto estas líneas, las personas fallecidas son tres vidas jóvenes, mientras que hay varios heridos, algunos en estado crítico.
Junto a tu feligresía y a la comunidad diocesana marplatense, elevo al cielo esta plegaria:
Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo,
te pedimos por estos hijos tuyos y hermanos nuestros
que han sido alcanzados por la desgracia.
Algunos han partido, otros se debaten en el dolor.
Parientes y amigos lloran una ausencia,
o se conmueven por la desdicha.
Todos miramos hacia ti,
el único que en tu Hijo Jesucristo
puedes aportar luz, consuelo y esperanza.
Unidos a María, Madre de Jesús y consuelo de los afligidos,
imploramos para todos el don de tu paz.
Amén.
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