Pero no queda acá el pedido, el sr. Pereyra quiere ir por más. Por más para sus propios intereses pisoteando los derechos del resto de la población, en especial los de las personas que poseen pases por discapacidad, y solicita se revean y reduzcan los pases otorgados ya que expone que son alrededor de 1000 o 1200 y que esto representa una gran “pérdida” para su empresa. A éste ciudadano no le importa que existan leyes como las provinciales o nacionales y la máxima que es la Constitución Nacional. Propone reducir estos pases, ser juez y parte, ser médico y estado, decidiendo quién es merecedor de pase y quién no. Recordemos que esto no es nuevo. La empresa desconoce los pases por discapacidad nacionales y provinciales, cobrándoles el boleto a quienes por ley y legítimo derecho tienen exento el pago en cualquier transporte público argumentando que se necesita un pase de orden municipal. Ahora busca reducir los pases locales, desconocerlos también. Tampoco le importa contemplar que su empresa recibe importantes subsidios del Estado Nacional, es decir, de todos los ciudadanos que pagamos nuestros impuestos.
Y Como si esto fuera poco el Sr. Pereyra no se conforma. Pide además eliminar la gratuidad del boleto escolar, algo que esgrimía con orgullo, como argumento, como gesto de generosidad y buena voluntad, para justificar el aumento anterior de la tarifa. El señor entiende que la escolaridad comienza a mitad de marzo y termina los primeros días de diciembre. Desconoce así las mesas de examen de diciembre, febrero y marzo, la recuperación de saberes de esos meses que, aunque él excluya, son parte también de la escolaridad. No considera tampoco a los educandos de Formación Profesional como escolares. Ahora no se puede ni pensar en pelear por ese boleto porque ya nadie va a ser considerado escolar. Mucha de la historia nefasta de nuestro país está relacionada directamente con la lucha para obtener un boleto escolar. Que paradoja ¿no? Porque parece que el señor es hijo de la mala memoria y no recuerda, o no quiere recordar, que su padre fue un precursor de la gratuidad del boleto estudiantil.
Lo más absurdo de este pedido presentado en el HCD es que el señor Pereyra lo realiza el año en que vence la prórroga de tres años que le fue otorgada por una concesión vencida y anacrónica. Pide cuando en realidad es momento de licitar. Por suerte los monopolios oligárquicos se van terminando y el juego de la democracia (la licitación pública) es una realidad, o al menos intenta serlo.
La democracia siempre recuerda y hace recordar la historia. Por eso es que llamamos al señor Pereyra a la reflexión y le pedimos que tenga un poco de responsabilidad y conciencia social. Señor Pereyra. ¿Usted sabe cuúa es el sueldo básico de un trabajador en Villa Gesell? ¿Usted tuvo en cuenta qué porcentaje de ese sueldo debería destinar alguien para viajar a diario a su trabajo con las cifras que usted propone?
A los señores concejales de los 3 bloques también les exigimos memoria y compromiso social, que expresen la legalidad y la legitimidad a la hora de votar una medida tan antipopular, porque quienes viajamos somos sus vecinos, los trabajadores de sus comercios, sus compañeros, sus correligionarios, sus electores, los verdaderos dueños de las bancas.
¡NO A LA SUBA DEL BOLETO!
Centro Cultural y Social de Politica Polpular Vamos a Andar.
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