Entre homicidio y asesinato media la muerte, pero el problema no es estrictamente el fenómeno de la muerte, por ejemplo, matar a terceros realizando una función como militar o policía, no reciben pena alguna si matan de acuerdo a lo que los habilita a matar pero cuando mata un ladrón, si bien se trata del mismo hecho, hablamos de condena en un caso y ninguna en el otro, como implican los casos de defensa propia o de legítima defensa, como causal exculpante de la responsabilidad del homicidio.
Entonces, cuando no se defiende un interés propio o de algún tercero en el lugar, todo acto de violencia, golpes, palizas etc., sí o sí viole a la ley.
Sea como sea, el orden jurídico no quita la práctica del asesinato en aquellos que están acostumbrados a asesinar pero con los linchamientos a cuestas ocurridos en varios lugares del país como Córdoba, La Rioja, Mendoza y Rosario -son varios episodios-, si no actúa la justicia prontamente en contra de la práctica de ciudadanos que aprenden acerca de la justicia por mano propia, el ejemplo cunda y el desmadre sea total.
Ante tal espanto, quizás recordar el axioma presente en toda guerra civil del “todos contra todos”, nos induzca al reflexionar, me espanta al vecino que no conozco y el policía corrupto, pero ¿no me espanta el posible asesinar, ahí, enardecido junto a otros y matar?, ¡y convertirme en aquello por lo que mato!
El método de los nuevos asesinos del ejercicio de la justicia por mano propia se inicie determinando a la víctima y allí, golpearla y acto seguido, lincharla y quizás, hasta matarla y todo, justificado desde el mote del ajusticiamiento.
El delinquir, porque se delinque cuando se viola a la ley se inicia cuando las personas creen que hacen justicia golpeando y linchando, y como todo delinquir, busquen quedar impunes acerca de esos hechos, en el fondo, proceden igual que proceden los delincuentes comunes, entonces, ¿qué los separa a ellos, de los otros que delinquen?, ¡nada!
Las estadísticas nos dicen que en los primeros seis meses de 2013, en la provincia de Buenos Aires murieron 4 personas por día en episodios delictivos o violencia doméstica. Fueron 756 vidas, donde el 60% de los asesinatos ocurrió en la calle y el 63% de los casos, se utilizó un arma de fuego como instrumento para matar y las muertes en involucraron menores representan el 13,9% del total.
Y así como más policías, más cárceles, más años en las condenas no solucionen el flagelo de la delincuencia, menos que menos, estas nuevas modalidades del delito por ajusticiamiento, lo resuelvan porque es tirar nafta para apagar incendios.
Para concluir, el ataque de la oposición acerca del problema como “ausencia del estado” o las definiciones de inseguridad como de “mera sensación”, unos y otros en el fondo no saben sobre qué están parados, el atacar o el negar de unos y otros, parte del tener en cuenta el verdadero problema del delinquir, NO SABER fehacientemente lo que hace que alguien, decida el camino del robo, el asesinato y todas las calamidades que el delinquir representa.
¿Y las Ciencias Sociales como predicción?, bien gracias.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias