“A nerón, emperador de Roma, amo del mundo, divino Pontífice:
Sé que mi muerte va a ser una decepción para ti, a lo que deseabas prestarme ese servicio por ti mismo. Haber nacido en tu reinado fue una equivocación pero morir en él, es una alegría.
Puedo perdonarte por haber asesinado a tu esposa y a tu madre, por haber incendiado nuestra amada Roma, por haber esparcido en toda la Nación el hedor de tus crímenes, pero hay una cosa que no puedo perdonar, el aburrimiento de haber escuchado tus versos, tus canciones de segunda categoría y tus mediocres representaciones junto con tus especiales dones Nerón, de criminal, incendiario, patricida y traidor.
Mutila a tus súbditos si te place, pero con mi último aliento te pido, que dejes de mutilar a las artes. Me despido, pero no compongas más música, embrutece al pueblo, pero no lo aburras a igual que aburriste hasta la muerte a tu amigo el extinto Cayo Petronio”.
Traslademos la cuestión al pueblo, ¿quién es hoy Nerón?.....¿ya lo sacó?, quizás no sea masculino, no nos apresuremos, pues debemos mirar las características que señala Petronio y para ello, rastrear al propio intendente y junto a él, a todos los funcionarios ejerciendo sus desempeños cotidianos.
Veamos, ¿hay criminales en el gobierno local?, no en ese sentido, hubo acoso sexual, alguna coima por ahí, pero asesinos por el momento no, quizás la gravedad de tal condición roce indirectamente a algún funcionario que compartió durante el proceso, funciones municipales con un represor, después de tal particular caso, no hay criminales.
Por el momento, nadie ha incendiado nada, aunque, si hay muchos incinerados, en especial en funcionarios y candidatos de la gestión pasada y hoy, alejados de los circuitos políticos de antaño, ¿los recuerda?
Pasemos a la cuestión de traición, sólo existe ésta categoría según los grados de lealtad y aquí no hay lealtad, porque si hubiera existido esa lealtad en todos los funcionarios que nombró el señor Erneta ya sea de primera, segunda y tercera línea en el pueblo, hubieran inmediatamente presentados sus renuncias e irse, pero no, se los debió echar, entonces, no es posible que exista traición alguna.
A la hora del aburrir, bueno, todos lo hacen, no dicen nada nuevo, interesante, superador e incluimos a la oposición también, no obstante, a la hora de la representación hay una figura que se destaca por sobre el resto y aparece en todos los eventos insignificantes porque son de su cuño, figurando en las fotos de los mismos, como si el sentido final que le exige la función que representa, implique esa mediocre representación de su figura, algo que atenta al buen gusto, la sobriedad, elegancia y decoro, mutilando la presencia de aquellos que puedan competir en el aparecer de su presencia.
Su condición prejuiciosa la hace estar atenta al disciplinamiento de aquellos que se encuentran debajo de ella, si los mismos no presentan sus pleitesías obedientes y ejercer el triste papel de zalameros, entonces, hacerles la vida imposible porque manda y es autoridad, y como tal, hacerse sentir desde el rigor y el castigo del ninguneo.
Torpe, vulgar y bruta, contagia con su misma condición a todo lo que le toca dirigir y orquestar, justo en un espacio en donde la sensibilidad, la amplitud de criterio, el buen gusto son condiciones inalienables para ejercer semejante función, y por ello, sea una de las últimas cabezas que queden de la gestión Erneta, y pronta a caer, y redimir la equivocación de tal suceso, entonces, “vete bruta vete”.
Juan Oviedo
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