Luego de los formalismos propios del acto, se presentó a los 20 egresados de las carreras de Comunicación Social, Gastronomía, Comunicación Multimedial, Trabajo Social y Hotelería. Para finalizar, los invitados participaron de un ágape, donde se destacaron las habilidades en la gastronomía y el buen gusto del instituto”.
El Instituto ha cumplido 10 años desde el comienzo de su labor aquí en Villa Gesell, primero, dependiendo de su homónimo de Pinamar para después, poseer sede propia, aunque, el espacio físico donde ejerce su función actual sea compartido con el de la escuela N° 2 “Almafuerte”. ¿Que ofrece el Instituto, formación o títulos?, desde lo formal de su función ofrece ambas cosas, la titulación implica el cumplimiento de un programa, mientras, que lo formativo implique la condición profesional del egresado, pero una cosa es la práctica y otra la función profesional, una cosa es el modelo y otro lo real.
Zanjando la pregunta, entonces, será preciso decir que también se dan otras variables y que no son las formales y ni tienen que ver con la función específica del Instituto, sino que portan un significado particular porque se trata de cada alumno que transita por sus claustros, con lo que sucede en el patio principal con gente que se cruza, un espacio donde se comparte, se conversa, ejerciendo un socializar que se impone entre el tiempo que transcurre esperando el inicio de la siguiente materia, ya sea entre la misma o de diferentes carreras que se cursan en la noche.
Y una interesante transformación ocurra en aquellos alumnos que inician su primer año, pues no van ahí a título de esposas o de maridos, ni de padres ni de hijos, no ejercen tal rol en el Instituto, sino que se trata de ellos mismos, hablamos de sujetos e individuos que enfrentan una nueva instancia en sus vidas, un desafío al que realizan según el ser de cada uno, por ello, la historia personal de ellos quede de lado, porque comienzan a tejer una nueva historia con nombres particulares aprendidos en el Instituto.
Que se cursen todas las materias según el programa formal, es algo que no todos pueden hacer, no obstante, se cursan algunas materias e incluso, sólo una, lo importante de esto es no perder el contexto al que se va perteneciendo, un momento al día, una licencia a lo que soy, un instante para mi, que me permite reencontrarme con mis sueños y expectativas, disputándoles con mi ilusión a la fáctica realidad que a veces asfixia.
Una realidad a la que el Instituto ya debe comenzar a disputar, la de tramitar un espacio propio, para que poco a poco se vayan construyendo sus aulas, como también, previendo el porvenir instrumentar nuevas carreras y para ello, el pertinente tramitar de las autoridades respecto al poder político local, tras el adosar a su condición técnica, la del profesorado, una posibilidad profesional más que oportuna, además, contar con un área de prensa específica, que no deje rincón alguno sin informar lo que sucede en su ámbito institucional con actividades, encuentros, comidas, charlas, exposiciones etc.
.Como también de cabal importancia el convocar a egresados o ex alumnos a que den sus puntos de vista acerca de ¡cómo puede crecer, expandirse y desarrollarse el presente Instituto!, lograr desde la participación la necesidad del florecer de una pertenencia, pues no sólo fui un nombre alumno o egresado, sino que de alguna forma continuo siendo parte de todo esto, pues en él se forjaron mis sueños, creí en mis posibilidades y me ayudo en alguna forma a ser lo que hoy soy.
Hablamos de una manera distinta de pensar, desde la apertura por sobre la infatuación del título logrado, de la dirección del Instituto como también, de aquellos que tienen sus cátedras de clases.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias