SIG: Juan, en junio van a ser 10 años de la aparición de uno de tus libros “Gesell y la experiencia del filosofar”, ¿qué intentaste comunicar con tal texto?
JO: La idea era mostrar una villa cotidiana, la del invierno, con sus actividades, sus personajes, sus particularidades, pero no realizando una descripción fáctica de mero o simple hecho, sino reflexionando el significado desde una mirada distinta, por ejemplo, hablar de un árbol -se trata del que está situado en la av. 4 y el Paseo 108- no quedar en la descripción de su flora sino bucear un sentido distinto, bueno, y ahí entra el filosofar tratando de proveer ese sentido diferente, intentando desocultar lo que la propia realidad suele ocultar desde los hechos fácticos.
SIG: la realidad oculta cuando muestra algo, eso es lo que estás diciendo ¿lo podrías explicar?
JO: parte del principio que lo real, es una mezcla de cosa física e interpretación simbólica, no existe el hecho puro tal como postula lo objetivo, respecto a los hechos como algo válidos para todos por igual, por ello cuando se muestra un sentido adosado al hecho y solo ese, entonces, ahí oculta otros sentidos que subyacen como tal, porque la realidad no es una cosa física despojada de lo social, no se trata del mar, ni de la duna, no es la acacia, ni el caracol, ni la nube, ni el sol por ellos mismos, la riqueza que provee lo simbólico permita entender que la cuestión de fondo siempre estuvo en pensar lo real, sin quedar reducido a lo meramente físico, ahora, lo simbólico en sí mismo, sin una actividad elucidante acerca del mundo y de sus cosas, pierda su cabal dimensión..
SIG: >i>¿qué cosas específicas abordas en el libro?
JO: como controversial postulo que la filosofía no puede ser enseñada sino experimentada y para ello este lugar (Gesell) es más que pertinente, donde la inocencia es sustancial, el mar o ciertas condiciones naturales (oikos) como marco a algún estado de gracia, el anonimato y el dejar de serlo como parte de estar en un lugar chico, la fugacidad que nos envuelve y por supuesto, nuestro personajes como el bohemio, el vagabundo, el pescador, los artesanos y ciertos perros, algo que no falta es el escritor local, en suma, una serie de cuestiones ligadas a la Villa Gesell de invierno de hace unos 11 o 12 años atrás.
SIG: ¿por qué decís que la filosofía no se enseña?, de ser así, la filosofía en los claustros en todos los niveles serían un contrasentido, enseñar algo que no se aprende.
JO: lo que se enseña es lo que otros han pensado o tematizado, se enseña historia de la filosofía, si la filosofía en una actividad, entonces, es en la propia práctica, en su ejercicio que se inicia esa forma de pensamiento como filosofía, y significa, un tipo de pensar no convencional. Así, uno puede estar con maravillosos profesores de filosofía, pero que no son filósofos sino que se trata de gente que lee a filósofos, entienden lo que dicen y saben divulgarlo a terceros y a la hora del pensamiento propio, desde un punto de vista filosófico, no han aportado nada a su comunidad, barrio o sociedad.
Es la misma diferencia que existe entre un egresado de Sociología o Antropología y un sociólogo o antropólogo, lo que media es su trabajo profesional más allá de las aulas, que aporta documentos, trabajos, sentidos e interpretación de lo que ocurre en su sociedad haciendo trabajos de campo o bibliográficos.
SIG: para ir terminando, ¿qué repercusión ha tenido tu libro por acá?
JO: como la de todos mis libros, ninguna en particular, nadie dice nada, nadie comenta, nadie cita, por supuesto, me refiero a esta comunidad, por el contrario, en ámbitos académicos que no son de acá, he sido leído, comentado y citado. A veces alguno me dice, ¿usted escribió un libro no?........
SIG quizás algún día te hagan algún reconocimiento
JO: ¿reconocimiento?, no quiero nada de eso, yo quiero que se lea, se discuta, se debata de nuestros problemas que son muchos, son terribles y deben ser puestos en la palestra, los políticos lo ocultan, los dueños del balneario también lo hacen, entonces, los que escriben o aquellos que piensan si o si deben escribir, publicar, socializar acerca de las calamidades que hay en el pueblo y para eso, el geselino debe leer, debe estar inquieto, debe estar interesado, debe tener hambre para leer, informarse y llegar a su propio juicio, y ese es el sentido de fondo de todos mis textos. Que alguien te reconozca cuando no ha leído nada de vos, es una burla o un mero acto político.
SIG: gracias Juan
JO: el agradecido soy yo.
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