Macri, Scioli y viceversa, he aquí la disyunción, “victoria electoral pero derrota política”, tal fue la titulación mediática acerca de los votos logrados por el candidato Scioli en la última elección, la letra pequeña de tal enunciado surja del posicionamiento victorioso del candidato del FpV en las paso, según interpretación correlativa de un a priori que no fue y lo posicionaba ganador el 25 de octubre.
Ahora, si continuáramos en el plano de las interpretaciones, a medida que vayan pasando los días ese caudal de votos ira a disminuir, entonces, para el día del balotaje la siguiente hipótesis afirme “que será menor siempre menor”.
Si aplicamos el término físico de inercia al ámbito de humanas, la inercia de la victoria o de la derrota nos permita vislumbrar a un ganador y a un vencido si tenemos en cuenta la afirmación mediática realizada, sosteniendo un ganador previo a la elección del domingo 22.
¿Pero votamos a vencedores, votamos a personas, votamos a modelos, a continuidades o lo que se vota, también no implique nada de eso?, votamos porque aparte del derecho que me asiste y al que no puedo abandonar, lo haga por una imposición del sistema y aquí encontremos el germen mismo del dilema, ¡el ser obligados a votar a quien no se quiere votar, que se me fuerce a elegir entre lo que no quiero elegir!, y que es casi el 30% de electores en el padrón nacional.
Máxime, si tenemos en cuenta que el voto en blanco no es voto neutral ya que indirectamente favorezca al de mayor caudal, entonces, el dilema por quién votar se hace más que patente.
Para tratar de superar tal dilema, uno se exija racionalidad y por ello se lea, escuche o vea las propuestas de cada candidato, y momento de las siguientes palabras “combatir a la pobreza, mayor trabajo, igual de oportunidades y cuanta cosa más”, pero la misma racionalidad le dice a uno, ¿qué otra cosa van a decir?, por el cual se deje de lado eso de las propuestas de los candidatos como medio para despejar dudas y se pase a la siguiente instancia, ya que se tratamos con jefes de gobierno, entonces, nada mejor que tener una idea elemental de sus gestiones como medio de orientación.
Inundaciones, estado calamitoso de ciertas rutas, inseguridad, aumento del narcotráfico son algunos de los elementos en la provincia de Buenos Aires del gobierno de Scioli con el que nos encontramos, mientras que por el lado de Macri: multiplicó la deuda de CABA (aproximadamente 10 veces), obras encaradas (teatro Colón, arrollo Maldonado) con sobreprecios, atrasos, incumplimientos y negociados con empresarios amigos, procesado por escuchas ilegales, talleres clandestinos donde desactivó el proceso iniciado en 2006 con Telerman, allanándolos etc.
Claro, el dilema será para solo ese 30% aproximadamente, mientras, que para el resto del electorado, continúe fiel a sus respectivos candidatos según el decidir de lo emocional, pero que no elige, u otra forma de entender conductas de aquellos que se abandonan a las decisiones de terceros según lo emocional que provocan los bombos (curiosa ausencia de ellos), los globos, palabras, colores, buscando influir en lo emocional para que no se elija, porque sin ello, la justificación de toda elección electoral nos resulte ¡más que imposible!, por lo que hemos señalado de ambos candidatos.
La inducida polaridad en el fondo nos lleve a lo que no es dual, la paradoja de no elegir en esto del elegir.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias