La exposición de sus ideas de gobierno como el posterior debate se llevó a cabo en las instalaciones de la biblioteca “Jose Pedroni”, momento en que se hace hincapié en la reserva natural del Faro Querandí, y tras la misma la espontánea pregunta del candidato a los alumnos por “si la conocían”. Muchos de los presentes dijeron desconocerla, entonces, Martínez Salas se ofreció a hacer posible el viaje al faro para todos aquellos que así lo quisieran hacer.
Claro, la propuesta había sido en el marco de la elecciones, cuando el viaje a realizar, sería después de las mismas, entonces, ¿era una promesa de candidato y todo quedaría en el olvido o quizás el viaje se realizaría?
La respuesta nos llegó el domingo 31 de octubre a las once horas de la mañana cuando el camión de excursiones estuvo puntualmente en la Terminal de Ómnibus de Villa Gesell, para trasladarnos al faro tal como se había comprometido señorita Estefanía Benavidez, encargada de hacer posible el evento prometido, hacer realidad lo que previamente se señalado en la nota del periódico virtual Si Gesell el día 20-09, con el título “Un candidato nos visita” y a la que citamos su parte final, “¡ah, con una promesa a cumplir! la de organizar un viaje al Faro Querandí, reserva que para muchas y muchos, es aún desconocida, y al que habremos de asistir en algún momento de octubre”.
Conducidos por la profesionalidad de Riky y de Martín, el viaje nos deparó un momento más que agradable, médanos, gaviotas, muchas 4x4, viento, playa y mar, nos mostraban un paisaje más que virginal, con un sol espléndido, el mejor de los último días, la jornada no podía perfilarse mejor, cantando, tomando fotos, algunos filmando, los casi 30 minutos que nos deparó el trayecto, pasaron casi en un pestañear, Riky el conductor, ya cercanos al faro hizo algunas piruetas y subió algunas dunas apenas empinadas provocando un efecto análogo a las caídas de las montañas rusas, por supuesto, acompañados por los gritos de algunos.
Llegados al faro, nos dispusimos a practicar ese deporte llamado sandboarding y consistente en el descenso de dunas con tablas y a las que nuestros conductores le pusieron cera debajo de ellas para favorecer el deslizamiento, nada mejor que ello para el aumento de la adrenalina, por supuesto, primero se hicieron las primeras bajadas sentados en las tablas y posteriormente, algunos más osados lo intentaron de parado, Julian, Gian Franco por ejemplo, fueron esos de los osados, y así terminaron rodando por las dunas.
Después, nos acercamos a la estructura del faro, almorzamos y amablemente una persona de la armada abrió sus puestas para que lo pudiéramos apreciar y advertirnos de no subir por sus escalinatas, -que son 278-. Rodeado por una abundante vegetación el faro se asemeje a un oasis en medio de un desierto, con árboles que habrán de cumplir los 100 años y una gran variedad de aves, todo ello formando un microclima digno de conservar y también de experimentar.
Después, el retorno para casa, con el jubileo de haber pasado un domingo distinto y el agradecimiento a quien hizo posible que estuviéramos ahí, Jorge Martínez Salas y su promesa cumplida más la competente diligencia de la señorita Estefanía Benavidez para llevarlo a cabo.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias