Cambiar respecto a la otra gestión aunque, posicionen otros intereses.
La gente que voto a Cambiemos, ¿sabía lo que estaba votando?, no, lo mismo paso con De la Rua, con Menem, le sucedió a Duhalde cuando puso en su línea sucesoria al tercer candidato Kirchner etc., y que en sus comienzos, no contaba con la cantidad de conversos que después logrará.
Fundamentalmente, la gente no sabe que cuando vota, no lo hace votando a una gestión sino que vota sólo a un candidato y que ha sido posicionado por una campaña publicitaria, lo visible de la figura instalada genere su cuota de convencimiento desde ahí, después, entre a tallar el ámbito emocional dirigiendo el racional en cada persona y se termine por completar el cuadro de la decisión.
Entonces, la frase que sostiene que "el pueblo jamás se equivoca", nunca más falaz, porque el pueblo no sabe a la gestión que vota sino que vota a una figura posicionada por la propaganda electoral y mediática y señalado con los correspondientes ejemplos. Sin lugar a dudas que el mayor disparate en la elección de un candidato termino con el risueño popularizado "yo, no lo voté".
Cambiemos se ha tomado muy seriamente su consigna electoral y como gobierno in situ, comience a ejercer sus facultades moviendo a funcionarios y determinando a otros, asistido por el derecho de la fuerza que su condición de ejecutivo implica, posea entre sus manos el poder hacer, ahora, que eso se convierta "en navaja en manos de un mono" o una capacidad para saber dirigir, lo dirán los próximos días junto a las próximas decisiones, mientras, los desaciertos irán posicionando fuerzas a la saliente gestión sin lugar a dudas y seguro revés de Cambiemos en las próximas elecciones con la consigna aplicada a sí misma, "cambiemos a Cambiemos".
Hoy día se escucha la palabra "resistencia y volveremos", que recuerda a aquella vieja consigna de "luche y vuelve", es fácil resistir ante lo que se cae por su propio peso, que serán las equivocaciones en la agenda del oficialismo, lo interesante será resistir frente a un enemigo de verdad, el entusiasmo del momento cae en relación al tiempo que trascurre y sólo el ideal puede mantener, he ahí la forja del carácter que lo ideológico implica, el resistir no es entusiasmo coyuntural sino ejercicio ideológico que guía acciones, decisiones, palabras y momentos.
Porque en el terreno de lo ideológico, paradojalmente el kirchnerismo represento un cambio para el peronismo, y ahí se encuentre el cabal enfrentamiento, algo disimulado por su condición de gobierno que no permitía dividir fehacientemente las aguas, en el fondo, el presente gobierno sea funcional a este postergado dirimir, entonces, resistir será frente al propio peronismo o volver, lo sea en oposición al kirchnerismo o quizás, los próximos meses sean el fermento del cristinismo.
Mientras, Cambiemos continúe con su consigna a rajatabla pero con esa espada de Damocles a cuestas, ¡que se reitere el "yo, no lo voté"!
Juan Oviedo
SiGesellnoticias