¿Pueden ser las denuncias, marchas y manifestaciones parte de una estrategia política?, si, pero ¿qué alcances concretos tienen?, la palabra sería gobernabilidad, la estrategia del movilizar para generar caos como denuncia en contra de un gobierno que el colectivo quiere sacar, son ejemplos que abundan como los de la primavera Árabe.
Pues, la movilización genere tensión por las fuerzas represivas que van a actuar, golpes, detenciones, muertes son el saldo de tales enfrentamientos, porque se trata de eso, de un enfrentar que ya excede la mera opinión sino de una presencia que se visibiliza y dice presente, ¡tal como es votar!, y la faz represiva que representa al gobierno también diciendo, presente.
Lo represivo están ahí para reprimir a través del apalear, pero los manifestantes no van para ser apaleados, sino para pronunciar con su presencia un decir político, por un no o por sí, y los palos están por lo general cuando aparece el NO.
¡Si el golpe jamás acalla sino que exaspera! entonces, será necesario el golpe organizado y sistemáticamente dado y de esa forma termine por imponerse a lo que no es organizado ni es resistencia planificada, ahora, estar frente a un tipo de movilizar como verdadero resistir mucha responsabilidad le quepa al gobierno de turno porque al no haber acertado con sus medidas, le agrego su miopía y su sordera a los reclamos del colectivo que como tal manifiesta.
Sin embargo, una organización del movilizar implique un pequeño proceso entre las filas de los convocados, primero como pedido, después, con la pretensión del reclamo para que algo cambie y por último, la furia definida ante un objetivo concreto para que cambie, esto último implique una lucha directa y campal con las fuerzas de seguridad.
Y en la medida que se vayan sucediendo las fases señaladas del manifestar, vaya también reaccionado la otra parte representada, las fuerzas represivas, pues de los escuadrones de policías anti motines y anti revueltas se pase a la utilización del propio ejército posicionado en las calles. Entonces, ese manifestar no es la instancia idílica de ir, gritar, embanderarse y vociferar contra alguien, sino que implica un cuadro de lucha, por ello la pregunta ¿estoy dispuesto a morir en tal manifestar?, difícil respuesta, y por el otro lado ¿estoy dispuesto a matar, hecho disfrazado con la orden de reprimir a golpes?, tales preguntas implican una línea a la que no se debe llegar, lo cierto es que el límite entre la vida y la muerte no queden subordinado al exasperar del momento, al ¡ya no quiero que me pegues más, toma lo tuyo!, ni ¡ te voy a pegar tan duro que ya no volverás a manifestar! sino como consecuencia directa del enfrentamiento, no politizado sino político. Y lo escrito no es parte de una crónica que ocurrió en el país, sino por los que podría venir.................
Por ello la denuncia debe ser clara, dirigirse a la autoridad y señalar "¡cuidado con lo que estás haciendo!" y mostrarle el error por su posible falta de autoconciencia al persistir con esos errores, porque ser autoridad no implica estar capacitado y que las decisiones sean las correctas al momento de ser gobierno, ¡debe aprender, como todo gobierno que nace!, aunque claro, mucho dependa a qué sector en el fondo ese gobierno representa, porque entonces, no sería un problema de autoconciencia sino de salvaguardar intereses no obreros, ni de la gente.
Pero, sea como sea, la fuerza represiva a la larga no los podrá salvar y esta sea, la cabal presencia del manifestar señalado.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias