No es gratuito que periodistas y comunicadores radiales vayan mudando de medios como también, retornen a los que en algún momento hubieron estado por ese objetivo de asegurarse un espacio ante las duras condición económicas que azota a los medios en su generalidad.
Por eso, los anunciantes se conviertan en la materia prima de la estabilidad de muchos periodistas locales, las pautas publicitarias impliquen ese néctar que permita que alguien continúe o no en el aire, y desde ese punto de vista el mayor anunciante que todos buscan tener esté en la figura del Municipio con sus prerrogativas a cuesta.
¿Cuántos periodistas, comunicadores, locutores hay en el pueblo?, ¿cien, doscientos?, detrás de ellos es necesario nombrar a operadores y técnicos, la parte invisible del audio y de la imagen e imprescindibles para que todo funcione correctamente.
El éxodo de las voces, los análisis, comentarios dentro del mismo pueblo sea consecuencia de la condición precaria que envuelve al ejercicio del periodismo en el lugar, una más a las muchas que existen que posiciona a un tipo de actividad del Medioevo, la del trueque, publicidad pasada que ha logrado un comunicador pero que no es abonada por dinero sino por el producto que hace el anunciante, así, pizzería fulano, page su publicidad con pizzas, empanadas y otros productos a ese periodista.
Los espacios en las radios se venden, se paga un precio y a partir de ahí, le cabe a cada comunicador ir a la cosecha de clientes y el mencionado trueque, sea una de las acciones más comunes como también, el escribir en periódicos se lo haga "ad honorem" y no es porque no se reconozca la valía del escriba, sino porque no hay plata para pagar.
Sin lugar a dudas que ser periodista y hacemos extensible tal situación a todas las radios y medios de la costa Atlántica, experimenten la zozobra mencionada, por enfrentar tales duras condiciones económicas que hacen más difícil sus supervivencias, no obstante, el fenómeno comunicativo continúe, más allá de entrar en detalles si hablamos de periodistas diplomados o no, y respecto a este punto, la valides de los diplomas jamás tienen vigencia para el después.
La grafía que se lee, la voz que se escucha, la presencia que se mira acompañen la vida del pueblo durante décadas y un número de gente, con apellidos más repetidos y otros no tanto, se tornan ojos y oídos de lo que ocurre, sucede, acontece en el lugar, así, bajo esas duras condiciones señaladas, el periodismo geselino ejerza su función desde varias décadas, y al respecto esta historia se inicia con "Los medios gráficos pioneros en Villa Gesell hasta nuestros días, podemos hacer una lista tentativa y partiendo desde los años cincuenta, contabilizamos las siguientes publicaciones:
Tribuna, editado en Gral. Madariaga, años cincuenta
El Pueblo, también editado en Gral. Madariaga, aparece el 1º de marzo de 1925, el dueño fue don Cosme Martino y bajo la dirección de Pablo González Amorín, se imprimía en los talleres de impresión de don Cosme, en 1937 la dirección pasa a manos de Cosme Martino, hijo del fundador y continuo apareciendo como semanario hasta 1977.
Años sesenta
La Crónica de Villa Gesell, editado en Villa Gesell, año 1963, su edición Nº 2 está fechado el 9 de julio de 1963 y su director fue el Sr. Carlos Amilcar di Martino.
La Villa, a partir de ahora, los semanarios o periódicos se editan en la ciudad de Villa Gesell, año 1968, su director Omar Masor.
Aquí Villa Gesell, subtitulado “Primer periódico para el geselino”, era quincenal y fue fundado en 1969, director Jorge Martín, Vicedirector Raúl Manuel Salgado Conde y se distribuía en Pinamar y Gral. Madariaga.
Años setenta
Nota, fundado en 1975 y su director Santiago Massafra.
La Aurora de Villa Gesell, fundado en 1977 siendo su editor responsable Miguel Loiacono.
La Gaceta del Mar, fundado el 1 de julio de 1978 y su directora Susana Milano.
Años ochenta
Pionero, fundado el 2 de junio de 1980, subtitulado “Primer Diario de la Atlántida Argentina”, director Jorge E. Guitelman.
El Geselino, fundado el 24-4-1984, director José Luís Korpic.
El fundador, fundado en 1988, director Aníbal Zaldívar.
Años Noventa
El Mensajero de la Costa, sale por primera vez en el 28 de mayo de 1993, director Juan C. Eyra. Este medio cuenta con la particularidad de mantener el carácter regional, pues sus contenidos, ediciones y sedes incluyen los partidos de Gral. Madariaga, Pinamar y Villa Gesell respectivamente.
Y también El regional como a Ecos.
Algo para destacar y consiste que en la localidad de Mar de las Pampas a partir del año 2000 se funda el 5 de octubre El Chasqui, publicación de edición mensual y dirigido en sus comienzos por Juan Pablo Trombetta.
Para finalizar no podemos dejar de mencionar al citado Tiempos, cuya primera edición fue en enero del año 2008".
Lo expresado entre comillas pertenece al texto "Evolución de los medios en Villa Gesell"
Juan Oviedo
SiGesellnoticias