El dialogo con Si gesell, en este primer estracto.
SIG:Juan, si no he entendido mal con este título tuyo, que cumple ya diez años, es el primero en el que reflejas tu mirada diferente respecto a los balnearios costeros.
JO Si, así es. Lo interesante es el cambio de mirada que se va generando en uno a medida que comienza a indagar la realidad espacial y social en la que vive. Hace diez años atrás los textos acerca de estos balnearios enfatizaban una epopeya fundacional de lucha en contra la naturaleza en pos de un ideario social, así, se rendían pleitesías a fundadores y pioneros, pero en el fondo todo era parte de un negocio pionero, el revalorizar espacios improductivos.
SIG.. Si, lo que se denominaba en esa época "los fondos de las estancias".
JO En efecto, tales fondos eran improductivos para el modelo económico de la época, el agrocerealero, eran cúmulos de arena, extensiones de dunas vivas por el cual se debía hacer algo y en ese hacer encontramos el germen de lo que sería después la costa Atlántica, te diría que en un lapso de treinta años se transformo el paisaje marítimo en urbano.
SIG.. Proceso que reseñas como los pueblos emplazados al norte de Mar del Plata.
JO: Desde la bahía de Samborombón hasta Mar del Plata, no existía construcción alguna a lo largo del borde marino, el primero que nace lo hace con el proyecto de Ostende en 1909, por el contrario, al sur de Mar del Plata ya existían algunas localidades a la vera del mar como Necochea, Miramar, Tres Arroyos a finales del S. XIX.
SIG ¿ Cómo explicas ese salto entre revalorización de tierras y balnearios turísticos?
JO: Primero fue dividir la parcelas e inmediatamente después el loteo de las mismas, casi en simultáneo la forestación, por el cual las condiciones de la venta y la construcción le siguieron, en ese orden, después, el turismo masivo que implicó el modelo "sol y playa", termino por consolidar los balnearios como tal.
SIG: Me llama la atención la intervención del Estado en zonas allende a Mar del Plata según expones en parte de tu libro.
JO: Es importante la presencia del Estado en el proceso forestador con la presencia de viveros nacionales para la construcción del paisaje como el vivero Florentino Ameghino de Miramar o la participación de trenes viveros de la línea ferrocarril Sud (Constitución-Mar del Plata), pero ya el mismo Ameghino alertaba acerca de la importancia de forestar las zonas no aprovechables por la agricultura en la costa atlántica, como tampoco hay que olvidar la construcción de caminos como obra pública en las zonas sur de Mar del Plata.
SIG: En la parte final de tu libro abordas a Bunge y a Gesell.
JO: Si, la historia de Pinamar está ligada a Bunge y su proyecto urbano apoyado por capitales, mientras que la de Villa Gesell. a Gesell con un mudar pragmático, del trunco proyecto maderero al del balneario.
SIG: Para finalizar Juan, ¿por qué el ese título del libro?
JO: Es para reflejar la coexistencia de dos realidades en los pueblos costeros y que son bien diferentes, la del balneario y la de la ciudad o la del verano y la del invierno, la práctica del turismo en estos espacios es como una manta corta, te cubre pero no lo hace completamente, la estacionalidad provoca recesión y ya sabemos lo que eso significa. El resto de la historia la conocemos, pobreza, marginalidad, desocupación, inseguridad o lo que no reluce del oro que es el balneario.
SIG: : Gracias Juan.
JO: Como siempre, el agradecido soy yo.
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