¿Qué significa un policía, un directivo, un docente?, individuos con ciertas prerrogativas a cumplir, ahora, el sujeto que actúa lo hace conforme a sus juicios y siguiendo a lo instituido, sin embargo, a la hora de actuar la institución avala la función y al juicio personal de quien actúa, pero cuando ese juicio va en contra de la institución como fueron los de esos agentes -el caso de la señora Santos y las burlas junto al mal trato recibido-, la cuestión se hace espinosa, ¿es la institución o sus individuos?
Sumarios, relevamiento de cargos, purgas etc. son acciones corrientes que suceden en la fuerza y muestran una doble faz, una ante las cámaras y la publicidad de la misma significada en términos morales, al servicio de la ciudadanía etc. y otra, cuando las cámaras no están, hablamos de la brutalidad del poder, su violencia pre juiciosa como su ignorancia impuesta, tan frecuente en todos aquellos que no poseen una separación entre lo que son y lo que hacen, donde se es policía, capataz, directivo y todo lo que ello significa porque en alguna forma de lo que ellos son guarde estrecha relación con sus deseos por imponerse, su inquietud por trepar, como su necesidad de castigar, martirizar, torturar etc.
El uso de la verticalidad siempre hace caso omiso al pensamiento de la individualidad, el deber, la orden, lo que se impone no es diferente a la metodología que ese hacer requiere e implica, imposición de la fuerza, ya sea física, psíquica, verbal en otras palabras, el uso de violencia en sus cinco rangos establecidos, ser "el brazo armado de la ley" es ser un subalterno que sigue pautas de rango y autoridad iniciada en los escalafones más altos e implementado hasta el cuadro más bajo por el cual si el elucidar, preguntar, cuestionar son acciones que seducen a ciertos individuos, éstos jamás irán a espacios en los que se requiere subordinación, disciplina y acatamiento.
En un ámbito donde reina la reflexión y el pensamiento no hay nada más obsceno que la verticalidad que necesita imponerse para existir y son los casos donde impera este concepto de autoridad, porque tal noción implica una imposición a la que se debe obedecer so pena de recibir el pertinente castigo como es el de "resistencia a la autoridad".
Y cuando esa autoridad actúa, por lo general lesiona un derecho, aquí la patraña del derecho dejaría de ser tal si cada habitante contara con un abogado defensor y una cámara para mostrar los casos donde se vulnera ese derecho, porque el derecho vulnerado es un derecho al que no se puede defender, y en este punto no es por la importancia del derecho en sí mismo, sino por la necesidad que se cumpla ese derecho en asistencia a la persona vulnerada, si cada ciudadano tuviera efectivamente las armas para que nadie se meta con su derecho tal como sucede con la propiedad privada, entonces, los derechos tendrían el valor de ser considerados tales, de lo contrario, la patraña muestra al derecho desde lo discursivo y nada más, sólo existe en palabras.
El punto de vista que busca legitimarse desde la condición de autoridad nunca desea ni quiere ser cuestionado (base ideológica de la obediencia debida) y por ello, cuando es puesto en tela de juicio reaccione de la forma acostumbrada: bárbara, porque en el fondo sus agentes, se mueven y habitan el imperio de la ignorancia y requisito para que lo brutal mande, dictamine, ordene, legisle, promulgue y destine para nuestro bien, lo que determinan terceros.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias