El vocablo resistencia proviene del latín “resistentia”, que a su vez está compuesta por el prefijo “re” que explica la intensificación de la propia acción, y del verbo “sistere” que también deriva del verbo “stare” que traduce mantenerse o estar en pie, lo cual explica perfectamente que su significado tiene que ver con la acción de contraposición.
Pero resistir no solo es contraponerse o como un no estar de acuerdo sino que se trata de una acción en contra de algo, por el cual cabalmente no exista pasividad en la resistencia sino confrontación y enfrentamiento a quien se resiste, ¿qué estatus posee el resistido o a lo que se resiste?', sencillamente la de un enemigo y por lo tanto, resistir si o si implique un acto de lucha con un enemigo bien delimitado y visibilizado.
Así, no hay enemigo en la pasividad sino que se va perfilando su condición de tal en hechos contrarios a intereses individuales, sociales y también de clase, los hechos posicionan esa condición de enemigo en contra de, por lo cual desde esta mirada aquellos quienes fueron a la marcha, implícitamente adoptaron un rol de lucha en contra del gobierno pues él es su enemigo, pues las medidas de gobierno: tarifazos, despidos e inflación, quita de retenciones, apertura a la importaciones, déficit fiscal etc., hechos para favorecer a ciertos intereses empresariales implicaron tomas de medidas en contra al grueso de la población, entonces, a los hechos no se los puede combatir ni contrarrestar con palabras sino con otros hechos.
Con el enemigo no se dialoga, los hechos son las herramientas para combatirlo, no puedo hacer un discurso de no violencia con un tanque dirigiéndose hacia mí, eso es no entender el conflicto en la que me encuentro y a la que sí o si debo enfrentar, con el enemigo se declara una contienda, un combate, una lucha y a la que necesariamente me debo preparar, organizar, pensar. meditar porque se trata de un hacer concreto, como lo fue la "marcha federal", que posiblemente devendrán en paros nacionales, y continuar con sucesivas movilizaciones, hasta que los aparatos represivos actúen una, dos, tres veces con las consecuencias de siempre.
Jamás ningún gobierno fue tan claro y en tan poco tiempo declararse enemigo de la gente más necesitada, necesitada y no tan necesitada, tan frontal y de forma tan temeraria que no es preciso ser politólogo para vaticinar que pagará esa condición en las elecciones del 2017, y si hablamos de castigo quizás deberían extenderse a otras aéreas de la realidad de los funcionarios presentes, pagar por lo que hicieron en su condición de ex-funcionarios y practicar el axioma, "quien las hace, las paga".
Hace gracia escuchar a algunos de estos funcionarios tildando la "marcha federal" como la de un hecho político, expresión de una oposición y de esa forma quitarle legitimidad, pero la falta de percepción de lo que provocan tales funcionarios que actúan perjudicando a los habitantes del país y justificarlo en pos de la Nación, posicione una dicotomía con un fuerte tinte segregativos: la de ellos y la de nosotros, germen del presente enfrentamiento que irá ganando en intensidad, en otras palabras, la lucha será la agenda a implementar, mostrando la fuerza, el valor y la decisión de la gente, algo que habrá de poner en la palestra la inutilidad de lo político a la hora de la acción, porque las palabras.... jamás serán los hechos.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias