Tales pintadas señalan una situación insostenible, y si bien hacen hincapié en el fenómeno de la violencia institucional lo que intenta visibilizar son aquellas personas que la sufren y las que no pueden defenderse, por el cual el juicio negativo hacia tales instituciones este basado en lo que ellas provocan, generan y causan, donde la credibilidad hacia ellas ya ha sido largamente vulneradas por ese accionar, puesto que aquellos que se desempeñan en su nombre son los propios generadores de violencia y de maltrato, hablamos de policías, funcionarios y políticos.
Las comisarias del pueblo y el edificio ejecutivo como el judicial fueron las hojas donde se consigno ese padecer oculto y que en medio del anonimato en una marcha, buscó mostrar aquello que provocan y causan: violencia, degradación y servilismo etc.
Es sabido que el político en su generalidad es de por sí es una figura no muy confiable y si nos trasladamos a nuestro plano local, nuestros políticos son vecinos, comerciantes y profesionales ejerciendo ese rol para dirigir los destinos políticos y sociales del pueblo, por el cual al no existir una universidad política detrás de aquellos que dicen "hacer política", ni tampoco tratar con egresados en ciencias políticas, ni máster ni nada por el estilo, el éxito de estas administraciones o gestiones no serán las mejores.
Un derrotero a cumplir si o si se debe hacer para llegar a la condición de intendente, primero afiliarse a un partido y repetir sus consignas, crecer e influir para después, esperar el momento de las internas y ganarla, paso siguiente ser candidato y presentarse en el periodo electivo, tal ser el camino político de todos nuestros intendentes y no hay mucho que agregar al respecto.
Sin embargo, sí hay algo a destacar pero alejado del ámbito tratado y se trata de dos pintadas en particular que fueron realizadas en la marcha mencionada porque connotan como nadie una situación no muy considerada, vayamos a las mismas.
Una dice, "Abortá por si sale yuta" y la otra "Ningún pibe nace rati", una plantea que se "es" desde el mismo momento de nacer: "yuta" y el otro, el medio es quien te hace "rati", la diferencia que el nacer así, (yuta) ya implica un cuño de por vida, eso significa que siempre será eso y nada que eso y no se podrá cambiar, ser yuta implica una cosificación y naturalización de todas sus acciones tales como las violencias, atropellos e injusticias realizadas en nombre de la ley, ¿todos los policías son yuta?, no, pero si todos los yuta son policías.
El interesante Platón consideró que en una República sus dirigentes debían estar en relación con "su forma de ser", como eran los artesanos, guerreros y guardianes, los más altos en la sociedad los guardianes, eran los que estaban al frente de la República, pero aquí en el pueblo, quienes supuestamente nos cuidan son policías y entre ellos, mimetizados, la yuta.
Vayamos al "rati", él no está en primer lugar institucionalizado por nadie y ningún sistema delictivo o gremio lo defiende, excepto su pericia, peligrosidad, ferocidad, arma o lo que sea, a él lo hace un círculo, gente, barrio, compañías, situación, momento, modelo a aprender etc., ¿puede cambiar?, si es producto del medio, entonces, cambiando a ese medio podrá cambiar, pero cárceles y reformatorios no son modelo de nada, ¿quién puede dudar que niños nacidos, educados como rati, no serán rati? por contexto se está condenado a seguir siendo lo que es.
Por lo tanto un rati, es espejo de una parte de la sociedad que lo a incubado, a no ser que haya emigrado de otros lugares, los ratis muestran el contexto que los ha hecho así, y caldo de cultivo para el arraigar de los yutas.
´Así, un circuito de condenas queda perfilado con la yuta, el rati y sus víctimas que somos nosotros, pero no solamente ellos son los victimario, sino también a esos que elegimos, los políticos, pero la diferencia esté que a estos los podemos cambiar, mientras que del rati podremos defendernos, pero el problema de siempre será protegernos de aquellos que nos deben proteger y a sus cómplices.
Las pintadas no fueron gratuitas, muestran a una violencia que mata, al igual que la violencia de género, pero mata mucho, muchísimo más.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias