Esta es una vieja oposición en todo gobierno; la gente y la agenda, si se cumple la agenda y no se ocupa tanto de la gente estemos frente a una contradicción, y aquí, el creciente malestar social fácilmente puede llevar a la no gobernabilidad, saqueos, enfrentamientos en las calles, desobediencia civil impliquen ese malestar, porque si la gente en su generalidad mínimamente no vive como debe y eso implica vivienda, servicios, trabajo, cobertura médica etc. si han perdido tales condiciones, si o si llevara al estallido social, por supuesto, hablamos de la gente de la clase media, esa que va perdiendo ciertas prerrogativas de vida.
Ahora, si nos dirigimos a la otra, la de menores recursos, ésta dependa mucho más del dinero constante y al no podrá acceder a él, por no haber actividad económica formal o informal por la agenda establecida, esa falta de ingresos será el gran determinante y no los discursos o relatos mediáticos que tal gobierno busque instalar.
Este es el escenario que ha posicionado el presidente Macri en el país, curiosamente en relación a la gravedad de la situación su imagen es alta, estamos ante un 40 y pico favorable de las encuestas realizadas acerca de su imagen negativa-positiva y esto se debería a que no todos sufren sus medidas, sin embargo, decir que esos que aun le conceden una imagen positiva lo hacen por la influencia mediática es negar la parte involucrada de esos que opinan y que esa opinión no necesariamente lo sea porque han sido favorecidos, también, no reconocer o no dar la razón a terceros que estaban equivocados están en las posibilidades de la imagen positiva del presidente.
Con la cuantificación a la que apelo el presidente del calificarse con un ocho participe de un arcaico fetichismo sostenedor que la nota corresponde con los contenidos asimilados, en otras palabras, más allá de estar frente a un perimido, inútil pseudo enciclopedismo (sistema que se mantiene en las escuelas y colegios argentinos) nos señala una verdad incuestionable, el presidente es autoconsciente de seguir el camino trazado para quienes gobierna y establecido en la agenda, muy alejado del otro termómetro de la gente. Una vez más esta tensión entre agenda y gente muestre su cabal enfrentamiento.
El termómetro no es la cuantificación sino el conflicto del suicido en la cárceles, de presos políticos, lo que provoca la inflación y la insuficiencia de las paritarias, el termómetro es la media sanción al proyecto de la emergencia social y el mayor de todos, avergonzarse por haber votado a este gobierno junto al paliativo de esa vergüenza, que no se eligió a la presente agenda.
Y ya que mencionamos la vergüenza, nos centramos en ese partido más que centenario y que acompaño a cambiemos en las últimas elecciones y sus principales dirigentes a todo nivel, nacional, provincial y local, ¿no deberían tenerla? o por el contario ¿no tienen vergüenza?........
Pues declaraciones de algunos de sus máximos referente y acciones del gobierno de Jujuy ¿no señalan que han perdido el curso de lo que ese partido en décadas pasadas supo ser, hacer y representar?, ¡no!, pues se lama decadencia y ahí, no son posibles la vergüenza ni nada por el estilo, también, los exima que sean sinvergüenzas.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias