El planteo del desgaste por el cual los gremios deciden dar clases sin paros a partir del 9-4-17, en el fondo tape la cabal condición de haber derrochado prematuramente su fuerza de ataque, sin embargo, lo peor no es eso, sino que pusieron a la vista de todos que el derecho de huelga, su ejercicio realizado sin mesura ni responsabilidad, no tuvo su efecto esperado, el pecado de los gremios fue su falta de Hibris.
Tal estrategia apelada para generar o provocar cambio pareciera que dejo de ser vigente y el elemento coercitivo de toda huelga, ganar las calles tras las movilizaciones y las protestas, no provoquen como antes provocaban en otros gobierno tales hechos, o prácticas extrañas a su constitución de partido y militancia del presente gobierno.
Así, los gremios docentes vaciaron con su apresuramiento de su plan de lucha todo su arsenal que disponían y simplemente fracasaron, gastaron pólvora en chimangos y revelar lo insuficiente y caduco de su postura combativa ante la gobernadora Vidal.
Ante el presente escenario, está claro que las negociaciones directamente han terminado, el vencedor o sea el gobierno, más allá que no se declaró vencedor, si o si impondrá al vencido su voluntad.
Una crisis poco a poco comenzara a instalarse al comprobar la ineficiencia de las presentes huelgas o paros e invite a pensar nuevas estrategias para las nueva luchas y reclamos que habrán de ocurrir, una forma distinta se hace evidente y la principal tarea sea buscar cómo encontrar otras municiones y lograr un poder de fuego diferente, otras arma otra forma distintas se hace pertinente hallar, la declamada unidad de los docentes no fue tal, algo que no se logra con los clásicos compañeras/ros sino con un convencimiento de base, más allá que estén afiliados o no, algo común a todos y avalado en varias áreas de la realidad.
Hipoteticemos, ¿qué sería de la sociedad con escuelas cerradas, nadie en las escuelas, sin directores, ni ordenanzas y con inspectores avalando la decisión de cerrarlas?
Con gremios en posesión de sumas de dinero destinados como sueldo para toda la masa salarial de docentes y puedan así, resistir a la quita material de los sueldos.
Con docentes que quiera dar clase, no tendrían más remedio que hacerlo en la calle, en su casa o en una casa particular, siendo él, el único responsable de tal decisión porque no tendría aval institucional.
El ejercicio de la desobediencia civil, no al pago de impuestos concernientes al bando en contra del que se lucha ya sea la provincial o nacional y extensible a cada municipio, donde todos los servicios prestados en época de lucha, no reciban sus pagos y extensible a toda empresas que provea servicios esenciales como luz y gas. Porque no se trata de medidas de lucha de docentes, sino de realidades en pugna y distinto trasfondo ideológico.
La importancia de desenmascarar a trepadores mimetizados como compañeros, buscando posicionarse como líderes, conductores, mesiánicos, arengadores profesionales etc. ya que tales tareas son hechas según sus decir "por el interés popular", aunque, nunca es así, utilizan a los terceros, por ello una vez detectados penarlos con ostracismo social.
Saber del presupuesto nacional cuánto va a educación, en cuanto consiste el fondo nacional de incentivo docente, la inflación, el costo de la canasta básica, el eje de tal saber es no permitir ningún arreglo que atente contra los intereses de los proletarios por gremialistas-gobierno.
Como lo que se plantea puede rayar la interpretación de delito, llevar al congreso para que se construyan leyes avalando las presentes medidas.
Un país en donde la consigna, "si la haces la pagas" implique un castigo penal, político y civil hacia aquellos que provocaron con sus medidas la presente lucha, en las que se incluyen expropiación patrimonial habidas en el periodo que hubieron de gobernar.
Ahora, la toma de decisión de las medidas consideradas jamás podrán ser aplicadas en el inicio de instancias dialoguistas o conversacionales con el gobierno, sino como corolario de una acción racionalizada ante autoridades intransigentes.
Será de cabal importancia que las medidas de fuerza no sean tomadas por ninguna cúpula sindical ni gremial ni tampoco como acción política desestabilizante por personas afines a una oposición, dejar en claro que jamás oxímoron alguno tendrá el poder de decidir tal plan de lucha y dejar más en claro todavía, que la decisión por llevar adelante estas medidas estará en aquellos que no han sido mencionados en las señaladas consideraciones.
¿Ciencia ficción verdad?
Juan Oviedo
SiGesellnoticias