Victimización y monopolio son aspectos utilizados continuamente en esta dimensión política a la que estamos hoy expuestos, así, violencia, movilizaciones, pobreza, piquetes, represión, discursos, paros, etc., provoquen la dialéctica de víctimas y victimarios, caldo de cultivo para la victimización, con un agravante a señalar, que los victimarios cambien según el punto de vista desde dónde se los mire. Tal cuestión nos sugiere que los victimarios han terminado por imponerse y ganar porque su accionar ha quedado relativizado al punto de vista de quien lo dice.
Este torturador (que no es necesariamente el de la picana del policía ni de cualquier aparato represivo) torturando con sus decisiones, medidas o disposiciones, se invisibilice a sí mismo o se muestra como un no torturador, cuando se victimiza como víctima de, y aquí entra a tallar el punto de vista que determina al victimario.
Corolario, no sea por gratuidad que el campo social de la Argentina esté lleno de "pobrecitos e indefensos" o por el contrario, "de brutos e insensibles", algo que está minando y se va extendiendo a lo largo del territorio.
Esta polarización entre unos y otros sujeto al punto de vista semantice tanto al bueno como al malo, algo que nos sugiere estar en medio una involución porque ser puesto de un lado o del otro más allá de obligar a pertenecer a uno u otro bando, instale la coerción que sugiere el lugar del bando a "elegir", en otras palabras, se trata de la ausencia de elección y presente en la dicotomía entre unos y otros, que nos hace decir que estamos frente a una involución porque estamos bajo al reaccionar antes que bajo un actuar en términos de un pensar.
Las reacciones, los hechos reactivos se van sucediendo, entonces, ¿qué hacer ante una huelga? ¿cómo no hacer una huelga?, ¿¡cómo no reprimir!?, ¿cómo no movilizar?, ¿cómo no defenderse si me están atacando?, lo que queda claro es el conflicto y ahí, víctimas y victimarios intercambien sus roles.
Pero hay una cosa que no es cambiable aparte de la ajetreada condición que significa ser víctimas o victimarios, y que el policía más allá de ser siempre policía y que el sindicalista también como tal, existan detrás de ellos quienes manden a policías y sindicalistas, reprimir a la hora de la presente huelga, ahora, si los que mandan son los victimarios, en el caso de las fuerzas represivas encontrarnos con el gobierno y en el caso de los gremios con sus bases, una suerte de locura se ha instalado y que nos dice que los policías, cuando reprimen, lo hacen siendo víctimas de esos a quienes ellos les pegan ante el efecto reactivo de la lógica de la victimización. En otras palabras, los pobrecitos ser el gobierno y los insensible, los trabajadores apaleados por los policías, gendarmería etc.
Con la victimización se instala una relación que va licuando e invisibilizando los aspectos entre quien es la víctima y quien el victimario, además, como la victimización no está sujeta a la causalidad sino a lo inmoral, el reactivo que causaliza o transforma motivos en reacciones de causalidad es la cuestión a desentrañar.
Así, posicionar el inconscientes como causa actuante y típicos en individuos con problemas mentales sólo es posible en la esfera de la individualidad, ahora, posicionar ese inconsciente en colectivos reactivos sea otra cosa y la exageración inductiva concluya que el desquicio instalado en esa sociedad, lo sea según impulsos de enojos, frustraciones, odios fugaces, enconos que priman etc., por el cual un efecto se haga patente consistente en el "ojo por ojo, diente por diente", o ellos o nosotros, los patriotas o los apátridas, como norma instalada a cumplir.
En tal escenario ¿cuál será el papel de las instituciones?, el de una mera fachada de imparcialidad y con el poder de decidir a quién favorecer como a quien castigar tal, como el ejecutivo, legislativo y judicial así lo testifican, ahora, ¿qué creen ustedes que llevo al vigente gobierno al poder?, el castigo al anterior, tal como lo habrá de sufrir éste más allá de su cotidiana victimización y haber hartado a todos "con lo que han recibido" y reciban el merecido castigo de ser intransigentes y radicales victimarios.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias