Definamos que significa el estafar, es crear un escenario ficticio, algo que es irreal (por ello el sentido cómplice que cuenta el estafador y lo posibilita exitoso sea el ingenuo) por el cual aquel se inicie en la aventura a obtener su beneficio en la elucubración de ficciones que él sabe que lo son, apele al ardid harto utilizado del potencial, del futuro, del devenir , algo que todo político en su generalidad utiliza y ese sea el artificio, máxime que lo haga apoyado por un equipo de colaboradores que se encargue de llegar a lo más profundo de su víctima (el ciudadano), creando algo que en el fondo no tiene una existencia real, y que es "hacer lo que dice que hará".
En el fondo, todo estafador es un abusador de la confianza que la gente delega por estar obligada a actuar (votar) en un sistema representativo de nuestra forma de gobierno, el hiato del sistema alienta a usar el condicional para convencer y recibir las dádivas del convencido, los votos.
Por lo tanto, el mejor indicador de una estafador, más allá de lo que lo pueda definir sea el hecho concreto de la mentira, si miente, si le ha mentido, entonces, lo volverá a hacer, él, ese ella o ese él, queden presos de lo que han creado al reactualizar la paradoja del mentiroso, el problema es que, lo que para las aporías o en lógica estar frente a algo evidente, en los que votan, el mentiroso no esté tan claro, ni sea tan evidente.
Conceptos como los de ideología, falsa consciencia, desinformación y hoy la rayada posverdad o la mala fe, hacen hincapié en por qué el mentiroso no es tan claro para aquel que debe elegir, y no quede expuesto como tal, por el cual usted vuelva a ser preso de un acto de ingenuidad y vuelva a votar a quien le mintió.
Pero la realidad del mentiroso no es la misma que la realidad del estafado, si a usted le dicen pobreza cero, para después decirle -que la misma- no se logra en poco tiempo y si usted los voto por ese cero, y después se lo aclaran de esa forma, aplicándole la clausula de la llamada letra pequeña, a ver si nos entendemos, usted fue embaucado por la estrategia de los embaucadores.
Pero en esto algo queda claro, que ya no se trata de un estafador que le pueda embaucar, sino que está frente a un mentiroso y todo lo que ello representa.
Por ello usted tiene ahora una tarea más que interesante, volver a considerar los puntos salientes de Cambiemos en la pasada campaña electoral, así, ¿recordó alguna vez que ellos mencionaren el hacerse cargo de la pesada herencia?, bueno, recorra lo que ellos dijeron, era la época de los estafadores, y si bien hoy están más que detectados, cuenten con una cobertura mediática que los blinden de sospechas para que directamente no desciendan a la categoría de estar frente a meros mentirosos, más allá de las investiduras y a las que no se las pueda entender como tales, si no están bajo el ámbito decantador de lo moral.
Entonces, ¿que se juegan en estas elecciones?, que los estafadores desenmascarados como mentirosos, no se queden sino que pasen....
Juan Oviedo
SiGesellnoticias