Esta necesidad de unidad a la hora de nuevas autoridades no hace más que poner en la palestra las postergaciones que en el mismo seno del partido existen, donde el postergado no podrá tener la posibilidad a formar parte -en algún futuro-, de ningún cargo en las listas electorales por no estar en la primera línea del partido, esto posicione dos elementos antítecos como son el de la conveniencia y el de la convicción.
Ahora, en este mes de setiembre se produzca la elección de autoridades en el PJ bonaerense, con la presencia de Unidad Ciudadana herencia del FpV nacional, detrás de la conducción a lograr, en el fondo, se discuta la numeralidad de quienes serán primeros, segundo, tercero, en la futura línea proyectada de los cargos electorales, pero jamás en tales reuniones se produzcan ciertas autocrítica que esperan, acerca de ciertos hechos como el de los finales de los años 80, Menem, alzarse con las internas del partido e hiriendo de muerte a "la convicción de ser peronista" con su posterior gobierno.
Por ello, ¿no fue el FpV una necesidad para despegarse de ese peronismo más proclive a la conveniencia y renovar una convicción un tanto desarticulada?, sabemos que llegó al poder contando con esa cantidad que solo los votos peronistas pueden otorgar, que vieron en ellos la conveniencia de apoyarlos, ahora, el consiguiente mudar a Unidad Ciudadana, ¿no es una convicción para despegarse de un peronismo que no le conviene hoy electoralmente?
La unidad no se logra según las conveniencias electorales sino en la crítica profunda de las derrotas que ponen en tela de juicio a ciertas convicciones partidarias y que han dejado de serlo, y sean esos los pasos para lograr una cabal unidad y seriedad de por medio, licuar al partido de trepadores sujetos a las conveniencia y no a las convicciones, corolario, más allá que en uno u otro caso esté presente la derrota, la misma no tendrá el mismo sentido si eres trepador o eres consecuente.
Los que se mueven por conveniencias sin lugar a dudas que son oportunistas, trepadores y esos eternos postergados, ellos busquen denodadamente no quedarse fuera de futuros cargos con los que saben que tarde o temprano se alzará la presente facción política o sea, estar ante una futura repartija de espacios traducidos en cargos, puestos y ejercicios del ejecutivo como del deliberante también, así, con negociaciones de fondo, pactos secretos, lograr el "vos primero, segundo usted, el tercero aquel" y así, hasta agotar el stock de las representaciones que el Estado lo determina, nos muestre la repartija de un botín y en el que solo participan nuestros representantes.
Si usted ve eso y está de acuerdo con la llamada "unidad", es su decisión y no hay nada más que agregar pero ¿usted ve eso? o algo peor, quizás no vea nada de eso.
O efectos de una verticalidad que nunca ha dejado de ser tal y trasladable a todos los partidos donde exista un líder, un jefe, un mandamás.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias