Resistir

La palabra resistencia es bella, dulce y comprometida, señala a personas que viven cierta responsabilidad con la realidad política y social de su tiempo, por el cual tal hecho no esté en manos de todos, máxime, si cierta marginalidad envuelve a ese hacer porque resistir, es hacerlo en contra de estructuras que determinan y legalizan la presencia de lo real provocadoras de desigualdad, exclusión, y a eso justamente se resista. Por eso no se pueda resistir a lo legal desde lo legal, esta última ser una fuerza impuesta por aquellos que hacen las leyes, los pocos, y aplicadas a los muchos.

Curiosamente los muchos que sufren esas estructuras provocadoras de marginalidad y pobreza, no sean ellos resistentes también, ¿las razones?, quizás costumbre, desazón, naturalización, resignación etc.

Por esto es que el resistir no implique una presencia en las mayorías ni tampoco una tarea fácil, porque debe remontar desde las tinieblas de su espacio rebelde, una luz y un lugar para decir ¡no! ejerciendo una feroz e implacable crítica a las normas que el stablishment posiciona y así, poder recuperar el equilibrio perdido.

Entonces, todo muy bonito pero ¿qué hacías, dónde estabas, cual era tu lugar, en qué te ocupabas cuando tu enemigo simbólico y partidario lograba sus objetivos y vos, no hacías nada para detenerlo?, el afuera o espacio del éxito de tu enemigo te obligue a mirar hacia adentro y bucear ahí, puesto que en ese ahí están las causas por las que tu enemigo ganara.

¿Desidia, ignorancia, apatía, indiferencia, analfabetismo en ese cada uno?, entonces, desde ahí jamás se podrá realizar cabal resistir alguno.

Pero hay una palabra que sobrevuela en especial en aquellos que resisten y esa palabra ser la del "enemigo", ya que posee un significado que dice mucho y que no tiene nada que ver con hostilidades o antipatías cuan expresiones personales hacia alguien, sino que al habitar en ámbitos conflictivos y que son sociales, en los que se expresa la dominación y la marginalidad, delimitan que sí o sí, uno, debe estar en uno u otro bando de esa conflictividad.

Es ahí cuando se aclara el significado de quien es el enemigo porque jamás vives o estás en un espacio neutral, ¡lo sufres o lo generas!

Ahora, sufrir el conflicto no necesariamente se lo interprete como tal, entonces, no se verán los bandos y eso licue el sentido del enemigo y la dulce palabra "resistencia" será la definición de un fenómeno físico.

Vayamos al ejemplo de sufrir el conflicto pero no interpretado como tal y redundante en un no resistir.

Lo que ganas -¿te alcanza?-, no.

¿Determinaste vos el monto de tu salario?- no, sino otro-

¿Por qué no haces nada? -bueno, siempre ha sido así, por lo tanto debo trabajar más, eso puedo hacer-

Bueno, esto es el conflicto pero al que no se lo interpreta tal.

¿Cómo sería una actitud de resistencia?, oponerse a que el salario lo pongan otros, entonces, usted no será jamás contratado.

La necesidad de trabajar prevalezca más que la otra necesidad de dignidad, derecho, justicia, equidad, y nada de esto último logrará a que usted sea empleado o vuelva a ser un empleado, ¡ah! y con el siguiente acto consecuente, que si usted es poseedor de una PYME o es empleador, jamás pondría a sus empleados en la misma situación.

Entonces....... ¿está seguro que quiere resistir?

El gran problema del resistir no sea tanto el pensar sino el hacer cosas concretas como suele hacer cierto malestar social y usa lo institucional como su blanco por no poder torcer agenda de gobierno que va en contra de sus necesidades, por el cual movilizaciones, paros, piquetes, protestas, manifestaciones, huelgas provoquen caos de tránsito, imposibilidad de realizar trámites, tentar a los pretorianos por estar entre sus manos ahí en las calles, y la suma de todo ello logren visibilizar las reivindicaciones de los manifestantes a través de las noticias. Más el efecto logrado en las víctimas del movilizar, que son los otros que no interpretan el conflicto como tal pero que les llega por este lado, y repentinos oficialistas vituperando a las movilizaciones por el problema que a ellos, aquellas les generan.

Pero resistir no es quedar preso del movilizar señalado sino que va mucho más allá, porque ¿cómo no resistir la tiranía de la representación que posicionó la gran falsedad en el país de que "el pueblo no se equivoca"?, entonces, resistir a eso implique en el fondo a resistir al militante, al puntero, al afiliado que no ven o utilizan la patraña que nos envuelve a todos y el resistente, ser una víctima más.

Y esto hace a la soledad de todo resistente, la oposición la formen aquellos que posibilitaron la frase demagógica esa que los políticos utilizan a diario, "ser los que no se equivocan", cuando el presente gobierno es una clara equivocación al que se apelo para desalojar a la también pasada equivocación, lo que nos lleva a experimentar la más primitiva de la emociones....el asco, ante tanta repetición.

Juan Oviedo

SiGesellnoticias

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