El poder impone, imponerse significa que el otro, al que se le imponen cosas no puede hacer nada para evitarlo, ni tampoco cambiarlo, una realidad asimétrica signifique la palabra poder, hacer lo que deseo hacer, ¿el resto?, palabras, discursos, el rumiar desencantado del famoso triunfo moral de quien fue derrotado en los hechos, la vieja puja que no es tal, palabras versus hechos.
De hecho, el gobierno no pierda las elecciones del 2019 por este decir hoy, de los que se les ha impuesto algo, perderá las elecciones por el peso concreto de los votos, la experiencia entre un antes y un después del presente gobierno deje su pertinente enseñanza pues, la propaganda, publicidad y el beneplácito de sus acciones como aciertos del gobernar si o si contrasten con sus hechos como tal, en otras palabras, no lo salvaran las palabras oficialistas a su gestión sino la condena de sus hechos o al que "a hierro mata a hierro muere".
Como se nota, esta puja entre quien tiene poder y quien no, es que nadie puede hacer nada para parar lo que el gobierno hace, ni siquiera ese decir del "para la mano Macri", fue insolvente ante la evidencia del 40% de votos que le permitió ganar nuevamente a Cambiemos las elecciones unos meses atrás.
Porque si tienes poder, no permitas que el país se endeude y deje condicionado al nuevo gobierno bajo pautas del FMI y pierda autonomía, ni justifiques el chantaje a gobernadores que mandaron a dar quorum y votar a favor de esa impopularidad ganada, ni permitas por lo inútil del movilizar al reprimir argumentado desde los represivos, se claro afirmando que el poder de la palabra, de la consciencia o de la cultura, no pueden hacer nada ante el poder de los hechos que maneja el gobierno y posicionado por ese otro poder de la cuantificación.
Quizás el run run apelado sea una forma de auto concederse sentido y participar en alguna forma en algo que no determina, ni maneja, ni tiene voz ni voto en las decisiones a seguir, la paradoja sea que ellos combatan a aquello que los instala como tal, y muestren su debilidad al no poder cambiar nada e indirectamente, muestren la fortaleza a la que desean combatir, las armas no son del mismo calibre, parafraseando a Foucault "las palabras no son los hechos".
Y más allá del decir, solo un tipo de movilizar implique una fuerza concreta de poder y es cuando lesiona derechos, tal como sucede con los paros docentes. Una batalla se avecina con las paritaria de los docentes, el año pasado los gremios hicieron de todo, huelgas, paros, movilizaciones, reclamando un aumento con un piso de 25%, y la suba del 2017 al final fue de un 24%, con clausula gatillo y hoy, con un techo en paritarias del 15% según supuesto índice inflacionario del 16% (al que nadie cree) y sin clausula gatillo, continúe la pendiente de los sueldos a la baja tal como el 2016, el 2017 y así, el 2018, ¿corolario?, usted ya sabe lo que se avecina.
Mire un paro es un hecho que repercute en terceros, eso es poder, la repercusión en los terceros le otorga a usted poder, ¿pero hasta cuándo puede tensionarse la relación de la repercusión?, algo de eso ya se vio el año pasado, la posición de fuerza fue perdiendo fuerza por desgaste, hastío etc., se fue perdiendo fuerza, todos tomaron nota de ese hecho de debilidad y nefasto cuando se trata de choques de poder.
¿Qué pasaría si el gobierno en su potestad rompiere la naturalización de sueldos, paro y no clases?........es algo que aun no sabe y por lo tanto no puede, y si lo hiciera, ¿cree usted que sería consultado? si cree que el gobierno cambiaría ante discursos que sostienen la relación sueldos y educación de calidad o del derecho de los niños a una educación de excelencia y con los docentes como baluartes de ella........entonces.
El "ladran Sancho", no es aplicable a los vencidos sino a los vencedores.
Juan Oviedo
SiGesellnoticias