Entonces, el carácter moral por un lado y el carácter simbólico por el otro, licue de subjetividad por la presencia del a priori, después, asistamos a la presencia de muchos impresentables tras el velo de la formalidad por mostrarse como lo que son, puros fantoches mediáticos.
Pero antes de la caída, el respeto y la investidura impliquen ese significado que trasciende el personal o el de la persona que ejerce esa función, como es la investidura presidencial, la de todo senador, diputado, juez, intendente, concejal etc.
Ahora, después llegue el momento de centramos en la persona, en aquel que desempeña el cargo, donde lo intocable que representaba la investidura ya no exista y momento de la verdad, y ahí, se desplome a pedazos el fantoche respetado o investido por no cumplir sus obligaciones (inmoral, no desempeñar lo dicho en campaña) y se ampare en sus derechos (valores, veto) y actúe, gobierne, legisle en contra de lo que dijo y en contra de terceros.
¿Hasta qué punto la investidura o el a priori del respeto pueda resistir a aquellos que vulneran a tales formas?, por el cual la línea protectora que los beneficie quede borrada y el sujeto pierda el respeto, porque se ha roto la cadena, el fantoche queda descubierto como tal y ha perdido el respeto inicial.
Fantoche significa algo inanimado, es una especie de títere y como persona linda el ridículo, una suerte de bufón si se quiere, aunque, el bufón cuente con una capacidad que el fantoche no tiene, aquel abreva en las fuentes de la creatividad para divertir a los demás, mientras que el fantoche no, el bufón es una figura que enmascara porque para hacer reír se necesita de ingenio y lo acerque más a la comedia explotando el ridículo, ahora, creer que un bufón es algo liviano es no entender su naturaleza, porque puede ser de naturaleza ácida, crítica, lúcido etc., y eso lo puede definir como alguien peligroso.
Por el contrario el fantoche es más directo, no engaña, y si ha pertenecido al ámbito del respeto o ha sido investido por algún cargo, le ha cabido a la condición formal del a priori como primera medida y los medios y a crédulos como segunda medida el haberlo posicionado tal, y las imágenes bufonescas que construya no lo hará un bufón sino que participe de una caricatura de bufón.
Y llegados a este punto una simple pregunta ¿cuál sería la estrategia de mostrarse bufón y recibir el aplazo generalizado del sentido común cuando se gobierna de forma bufonesca? ¿que busca tapar, qué negocios cubrir, cual ser el significado por desviar la atención y centrarse en su figura de hazmerreir?, la de dar a entender de estar frente a alguien inocente, inofensivo y no peligroso, ni siquiera competir con poseer una talla maquiavélica porque no le da y este sea el sentido de nuestro bufón, ocultarse, velarse en globos, frases y farandulización política para no mostrase como es.
Y esa sea nuestra tragedia, que nuestro mal menor sea estar entre bufones gambeteándole a los fantoches,....¿ los reconoce en el pueblo?
Juan Oviedo
SiGesellnoticias